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El jugador Robert Mak de la Selección de Eslovaquia, intentó engañar al árbitro con un ridículo piscinazo que nadie le creyó.
La desleal acción le costó la segunda tarjeta amarilla, apenas al minuto 23 de la primera parte del duelo ante Escocia.
Dejó a su equipo con diez y terminaron perdiendo por 1-0, con lo cual complicaron sus opciones de clasificarse al Mundial de Rusia 2018.
Ya no dependen de sí mismos en el grupo F que comanda Inglaterra. Quedaron dos puntos por debajo de sus rivales de turno.