En la noche de este jueves, 6 de octubre, un camarógrafo fue una de las víctimas de los momentos de violencia que obligaron a suspender el partido entre Gimnasia y Boca Juniors, válido por la jornada 23 de la Liga de Argentina.
Conforme a la información de la prensa, las puertas del estadio se cerraron y personas con boletas para el encuentro se quedaron por fuera debido a una aparente sobreventa de boletería, aparte de eso, el detonante fue la agresión de un policía a una menor de edad.
Por consiguiente, los uniformados tomaron la decisión de dispersar a la multitud con balas de goma y gases lacrimógenos, los cuales terminaron invadiendo el escenario deportivo, produciendo que los futbolistas se entraran a los camerinos, que los aficionados se desesperaran y terminaran dentro del terreno de juego en busca de espacios para poder respirar.
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El hecho más lamentable sucedió en las calles vecinas al estadio, donde se registró un fallecido y por lo menos tres heridos de gravedad, entre los que se encuentra el camarógrafo mencionado.
Se trata de Fernando Rivero, quien contó a TyC Sports, medio de comunicación en el que trabaja, que el policía accionó su arma y balas de goma en tres oportunidades contra él apenas se percató de que se encontraba en esa zona.
“Yo estaba haciendo mi trabajo, grabando cerca de los caballos y cuando le empiezan a tirar piedras a la Policía, corro para resguardarme en un árbol. Esta persona [un policía] salta la valla y viene directamente a dispararme a mí para que no siguiera registrando los hechos”, manifestó Rivero.
Y añadió: “Recibo los disparos en la zona de la ingle y me dobla del dolor. El policía ni se inmutó, siguió disparando”.
Por fortuna, el hombre fue auxiliado por otras personas que lo vieron caer y pudo contar la historia.
Este fue el momento de los disparos:
no boludo, es lo más gatillo fácil que vi en mi vida pic.twitter.com/9lpYB6j2Lz
— ALIEN👽 (@aliendro1902) October 7, 2022