Javier Cadavid
Foto: Minuto30

La tarde del pasado martes, 11 de enero, es quizá la mejor de la familia Cadavid en muchos años, pues Javier, un hombre que estuvo preso durante 12 años, siendo inocente, recobró lo que la justicia le quitó: su libertad.

Acusado en 2009 de pertenecer a las Farc, y condenado por delitos de extorsión agravada y enriquecimiento ilícito, Cadavid pasó 12 de sus 64 años alejado de su familia, pues lo condenaron a pesar de que, por ejemplo, la reconocida alias Karina, quien en su momento lo culpó de haber pertenecido a la guerrilla, se retractó, aunque la justicia no tuvo eso en cuenta.

Al salir del centro penitenciario de Itagüí, donde pasó una parte de su condena injusta, Javier fue recibido por su esposa, su hijo y hasta su nieto, el cual nunca lo ha podido disfrutar. Entre lágrimas, el hombre abrazó a su familia, a pesar de que su libertad es condicional.

Luego del momento invaluable con su familia, Javier decidió hablar con Minuto30, y agradecerle a Dios por su libertad. «Agradecido con Dios que con Dios todo se puede. Agradecerle a mi familia, que no desfalleció ni un minuto en luchar por mi libertad», dijo.

También le agradeció a la JEP, que sin ella, jamás hubiera recobrado la libertad: «La JEP fue uno de los puntos del Acuerdo de Paz, y ellos están buscando la verdad. Yo siempre he dicho que la verdad nos hará libres, la justicia especializada, aún sabiendo que yo era inocente, procedió en la sentencia, lo mismo que la Corte Constitucional», añadió.

Javier sale sin remordimientos, pero con lástima por la justicia del país

Tras agradecerle a la JEP, Javier dejó claro que no está resentido por lo que ha pasado, pero si deja ver que siente lástima por «ver que el poder judicial es muy débil. No van más allá de la verdad antes de condenar. A veces se condena al más bobito, al que menos peligro representa, ese es el que están condenando».

Ahora, emprenderá una nueva batalla, pero desde casa, al lado de sus seres queridos, donde siempre tuvo que estar. Irá a los organismos necesarios, tanto nacionales como internacionales, para que su nombre quede limpio, y se le repare como corresponde.

Ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Javier seguirá con su proceso, para que quede totalmente archivado, se le devuelva el nombre que jamás tuvo que haber perdido: el de un hombre nacido en Sonsón, con negocios en Nariño, pero siempre en el marco de la legalidad.

Javier ahora disfruta de su familia, y le ruega a Dios que se la «conceda por muchos años más», teniendo en cuenta que no la pudo disfrutar durante los últimos 12. «Hoy volví a nacer. Me encontré con la familia que siempre cultivé», finalizó.

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Redacción Minuto30

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