Foto ilustrativa.
Un sacerdote le prohibió a los habitantes de un municipio colombiano que practiquen yoga porque podrían incurrir en “pecado mortal, perder la gracia de Dios y afectar la espiritualidad”.
El hecho sucedió en el municipio Cogua del departamento de Cundinamarca, luego de que a través de la Gerencia de Desarrollo Social y Comunitario se celebrara un contrato con una especialista en medicina alternativa.
En el contrato se hablaba de que se pretendía “garantizar el bienestar a los habitantes del municipio, mediante la práctica del yoga”.
Diferentes mujeres, niños y niñas del casco urbano y rural estaban asistiendo a las clases y habían manifestado su satisfacción con estas, por lo que en una misa dominical el sacerdote se pronunció.
El sacerdote prohibió que se siguiera practicando yoga e invitó a quienes lo habían hecho a que se confesaran. Además, le exigió a la alcaldesa que terminara el contrato con esta profesional, lo cual esta hizo inmediatamente.
Además, este también habría presionado a las JAC de las veredas de Cogua para que no prestaran sus instalaciones para estas clases.
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