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El departamento de Norte de Santander vuelve a ser escenario de violencia, ya que al menos cuatro personas han muerto tras un enfrentamiento armado entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las Farc, en la región del Catatumbo. El hecho ocurrió en los municipios de El Tarra, Teorama y Tibú, este jueves 16 de enero, generando temor y pánico entre los habitantes.
Según informes locales, los combates se desataron durante la mañana del jueves entre los grupos armados ilegales. Las víctimas de este ataque aún no han sido completamente identificadas, pero se ha confirmado que entre los fallecidos se encuentran dos firmantes del acuerdo de paz, lo que ha preocupado aún más a la comunidad. Además, se estima que el número de víctimas podría aumentar.
La situación ha causado gran alarma en los poblados afectados, cuyos residentes se han visto obligados a permanecer resguardados en sus hogares. El comercio ha cerrado sus puertas y las instituciones educativas suspendieron las clases para proteger a los estudiantes y al personal docente. La constante presencia de grupos armados ilegales en la zona ha generado un estado de zozobra entre la población.
En medio de la grave situación, alias Andrey, comandante de las disidencias del Frente 33 de las Farc, emitió una declaración en la que criticó los ataques del ELN contra sus unidades, calificando la situación como crítica. Andrey hizo un llamado a la paz, asegurando que la violencia no es la solución al conflicto en la región y advirtiendo que no han respondido militarmente a los ataques del ELN. También pidió la intervención del Gobierno nacional para frenar la escalada de violencia.
“Sabemos que tenemos muertos, pero necesitamos vivir en paz. Este conflicto no se resuelve con más sangre, necesitamos encontrar soluciones pacíficas”, expresó Andrey, subrayando que el Catatumbo merece vivir en armonía.
Este enfrentamiento se suma a otro ataque ocurrido el 15 de enero, cuando hombres armados atacaron a una familia en Tibú, dejando muertos a Miguel Ángel López, su esposa Zulay Durán Pacheco y su hijo menor. La presencia de grupos armados ilegales en la zona sigue dificultando el trabajo de las autoridades, según reportes de la prensa local.
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