Estados Unidos seguía este domingo conmocionado por el tiroteo en Arizona (suroeste) que dejó en estado crítico a una congresista y provocó la muerte de seis personas, entre ellos una niña y un juez federal, por razones que las más altas autoridades están investigando.
Gabrielle Giffords, de 40 años, miembro del Partido Demócrata del presidente Barack Obama, asistía el sábado a un mitin con electores llamado “Congreso en tu esquina”, en las afueras de un supermercado en Tucson, cuando un joven agresor empezó a disparar con una pistola Glock 9mm.
El último parte médico indicó que la congresista “se puede comunicar” aunque sigue en estado crítico. “Es capaz de comunicarse con nosotros siguiendo órdenes simples”, explicó Michael Lemole, jefe de neurocirugía del University Medical Center en Tucson, quien se dijo “cautelosamente optimista” sobre su recuperación.
Fuentes cercanas a la familia, citadas por el diario web de Washington, Politico, señalaron que Giffords incluso reconoció a su esposo, el astronauta de la NASA, Mark Kelly, tras despertar de la anestesia.
Una niña de nueve años -nacida el 11 de septiembre de 2001-, y el juez federal John M. Roll figuran entre los seis muertos. Al menos otras 12 personas resultaron heridas antes de que uno de los espectadores del acto político se abalanzara sobre el atacante, identificado como Jared Lee Loughner, de 22 años, quien fue arrestado poco después del incidente.
Este domingo, mientras el director nacional de la policía federal de investigaciones FBI viajaba a Arizona para realizar una exhaustiva indagatoria del crimen, la policía publicó una imagen tomada de una cámara de vigilancia que muestra a un posible cómplice descubierto en el lugar del tiroteo.
En la foto se ve a un hombre blanco con cabello oscuro, vestido con pantalones tejanos y una chaqueta azul oscuro, de unos 40 a 50 años de edad, quien aparentemente estuvo caminando dentro de una tienda con las manos en los bolsillos.
El comisario del condado de Pima, donde ocurrió el tiroteo, Clarence Dupnik, dijo el sábado después del devastador atentado que estaban buscando a una segunda persona de “interés” para la investigación.
Por el momento, Dupnik no dio ningún indicio sobre el motivo de la balacera, pero arremetió contra lo que llamó un clima “virulento que ha permeado la escena política y dejó a los funcionarios públicos enfrentando constantes amenazas”.
“Y para desgracia de Arizona, creo que se ha convertido en una especie de capital” de esta virulencia, dijo en rueda de prensa. “Nos hemos convertido en la meca de los prejuicios y la intolerancia”, aseveró.
Dupnik no dudó en señalar con el dedo acusador a los medios de comunicación por dar tribuna, en su opinión, a comentaristas y políticos que expresan sin tapujos su ideas más radicales.
“Creo que es hora de que como país tomemos un poco de conciencia. Porque creo que es la retórica virulenta que escuchamos día tras día, de la gente en el negocio de la radio, y algunas personas en el negocio de la televisión, este no se ha convertido en el Estados Unidos bueno que la mayoría de nosotros crecimos”, dijo Dupnik.
Giffords, una demócrata de centro, es una de las principales defensoras de la reforma migratoria. Y aunque se ha mostrado favorable a reforzar la seguridad en la frontera, también tomó distancia de la controvertida ley de la gobernadora Jan Brewer, que criminalizaba a los indocumentados, a mediados de 2010.
Votó el año pasado a favor de la reforma de salud de Obama -repudiada por el ala conservadora de los republicanos-, y había sido objeto de al menos dos “incidentes desafortunados” durante la última campaña para la reelección a su tercer mandato en el Congreso, según recordó Dupnik.
Aunque por un estrecho margen de votos, Giffords se impuso sobre el candidato Jesse Kelly, respaldado por el movimiento republicano ultraconservador Tea Party.
La ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, una de las favoritas del Tea Party, había puesto el nombre de Giffords en lo que ella llamó una “lista negra” -publicada en internet-, debido en gran parte al apoyo de la congresista a la reforma de salud de Obama.
Según los detalles que empiezan a emerger del tiroteo, el juez federal asesinado había recibido varias amenazas por posturas ‘liberales’, según sus detractores, e incluso contaba con protección oficial en el momento del ataque. El magistrado había decidido pasar sólo un momento por el mitin de Giffords, para saludarla, cuando fue baleado.
TUCSON, EEUU (AFP)
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