Foto de archivo de Maria Corina Machado, tomada de redes sociales
Minuto30.com .- La salida de María Corina Machado de Venezuela, desde la clandestinidad hasta Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz, fue una operación de alto riesgo con detalles que parecen sacados de un thriller político, confirmados por The Wall Street Journal.
El primer paso para eludir la vigilancia del régimen de Maduro fue el disfraz. Machado salió de su escondite en Caracas vestida como campesina, utilizando un gran sombrero, para pasar desapercibida hacia la extensa costa venezolana.
Diez Horas de Tensión y 10 Puestos de Control
La opositora, junto a dos colaboradores, enfrentó más de diez horas estresantes en las que lograron evadir diez puestos de control militares. El objetivo era llegar a la costa antes de la medianoche, lo cual lograron con éxito.
Se especula que fuerzas del régimen habrían tenido cierta complicidad con el traslado de María Corina, dejando en evidencia la fractura al interior de las fuerzas armadas venezolanas.
Tras un breve descanso, comenzó la etapa más peligrosa: un viaje a través del mar Caribe hasta Curazao. Machado y sus acompañantes partieron a las 5 de la mañana en una típica lancha de pesca de madera, lidiando con fuertes vientos y mar picado que ralentizaron el trayecto, el cual estaba previsto para el martes pero que solo pudo ser hasta el miércoles en la madrugada.
La “Llamada Crucial” al Ejército de EE. UU.
Antes de zarpar, el grupo realizó una llamada importante al ejército estadounidense para advertir sobre su ruta y los ocupantes de la embarcación. Una persona cercana al operativo afirmó: “Coordinamos que ella iba a salir por una zona específica para que no volaran la embarcación”.
Casi al momento de la travesía, dos aviones F-18 de la Armada de EE. UU. sobrevolaron el Golfo de Venezuela. Datos de seguimiento de vuelo mostraron que las aeronaves pasaron cerca de 40 minutos volando en círculos cerrados próximos a la ruta marítima que los llevaría a Curazao. Estas aeronaves al pareer además de cuidar habrían inhabilitado los radares de la zona.
Al amanecer en Curazao, y mientras los invitados se reunían en Oslo, un avión ejecutivo proporcionado por un socio de Miami despegó de la isla, llevando a Machado directo a la capital noruega.
Durante una rueda de prensa en Oslo, María Corina Machado confirmó y agradeció públicamente la ayuda de Estados Unidos para poder recoger el Premio Nobel de la Paz, destacando que el galardón “es de todos los venezolanos”. Además, confirmó que regresará a su país a llevarlo.
Planes Post-Nobel
Debido a que estuvo viviendo en un lugar completamente aislado y sin una alimentación adecuada, Machado planea tomar unos días de descanso.
No obstante, después de aproximadamente una semana, iniciará un recorrido por países europeos y visitará Washington para buscar apoyo internacional a la causa venezolana.
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