Foto cortesía
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Un padre de familia tuvo a bien someter a su hijo pequeño para que comiera sus propios excrementos, pero el pequeño termino ahogándose con la saliva al intentar tragar.
El hecho tuvo lugar el pasado 25 de octubre en la ciudad de Saltillo (Coahuila, México).
Y es que al pequeño Landon Yahir al que conocían en la calle de la mencionada ciudad como el “Chavo del Ocho” lo obligaban a comer sus heces, pero ese día de octubre le dieron, para pasar el mal sabor de boca, caldo y leche, algo que terminó por hacer que el menor broncoaspirara y se ahogara con su propia saliva.
Fue Santiago, su hermanito de 4 años, el que relató lo que Yahir tenía que pasar a diario a manos de su propio padre y su madrastra.
Las investigaciones en esa ciudad mexicana continúan, pues la familia de la mujer afirma que el niño miente y que la muerte de Yahir fue totalmente accidental.
2018-10-30
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