Meditación trascendental y pop elegante, en la jornada gratuita del Primavera Sound

El Primavera Sound ha vuelto a cobrar vida esta noche con Saint Etienne, que han congregado a unas 20.000 personas en la explanada del Fórum, mientras en el subsuelo, en una pequeña sala para 700 personas, los ex-Pulp Jarvis Cocker y Steve Mackey han ejercido de líderes espirituales y DJs.

Ataviada de una boa de plumas, la vocalista de Saint Etienne, Sarah Cracknell, ha demostrado que, tras casi tres décadas sobre los escenarios, no ha perdido un ápice de carisma ni las ganas de hacer bailar al personal.

Enfundados en negro, el conjunto londinense ha derrochado elegancia con unos ritmos bailables pero contenidos, que han sido el preludio de lo que pasará a partir de mañana, primer día de pago, cuando se reunirán más de 70 bandas en los 14 escenarios repartidos por los 192.000 metros cuadrados del recinto.

En la jornada gratuita sólo se han activado dos escenarios, pero las bandas que se han subido a ellos han hecho vibrar hasta las olas de las playas del Fórum.

El primer concierto multitudinario de la noche ha sido de Local Natives que, recién llegados de Los Ángeles, han hecho bailar al público al ritmo del teclado, las guitarras y, sobre todo, de una batería hiperactiva, especialmente cuando han versionado al cantante Kanye West.

El conjunto, que se ha ganado al público ‘indie’ desde su debut en 2009, suele ser comparado con Arcade Fire, que este año vuelven al Primavera Sound como uno de los grandes alicientes de la noche del sábado. A falta de saber qué hará la banda canadiense, Local Natives ha dejado el listón bien alto.

El plato fuerte de la jornada ha llegado de la mano de los británicos Saint Etienne, que han vuelto al Primavera Sound tras su visita inesperada en 2012, cuando sustituyeron a Björk, que se vio obligada a cancelar por un problema vocal.

El trío británico ha interpretado temas de su nuevo disco, “Home Counties”, que verá la luz este viernes, un trabajo que trata sobre las zonas rurales y aburridas en las que la banda nació, y que contrasta con la incesante actividad del grupo, que inicia ahora una gira que les llevará por Europa y Estados Unidos.

Mientras, en el escenario al aire libre el público sentía la conocida y agradable sensación de volver a vivir un nuevo Primavera Sound, con todo lo que ellos significa.

En el escenario Hidden, que como su nombre indica está escondido y presenta las propuestas más heterodoxas, los pocos centenares de personas que han conseguido una entrada han vivido una experiencia inusual.

Bajo el título de “Dancefloor Meditacion”, el festival había anunciado que el carismático cantante de Pulp y el compositor y bajista de esta misma legendaria banda iban a intentar que el público accediera al estado mental que se asocia con la meditación profunda, valiéndose únicamente de las herramientas que se pueden encontrar en una discoteca.

Si alguien esperaba volar a otros mundos gracias a la música, ha tenido que esperar a la última media hora de la sesión, porque durante la primera hora Jarvis Cocker se ha dedicado a hablar mucho más que a pinchar música.

Con su voz envolvente, Cocker ha hablado de los mantras y del poder de la repetición y del control de las frecuencias sonoras para generar estados de conciencia alterados.

Toda una clase magistral aderezada con ejemplos musicales, como el poder de “Sexual Healing”, The Human League y “Stayin’ Alive”.

Tras una hora de clase teórica ha llegado la media hora de práctica, que siempre es la que más gusta, especialmente en este caso, en el que Jarvis Cocker se ha mezclado entre el público para bailar con ellos y sentir unidos la fuerza de la música.

Todo un experimento que la gente ha aplaudido a rabiar porque, y eso no lo ha comentado Jarvis Cocker, lo mejor para acceder a estados mentales poco habituales es estar predispuesto, y el público, que había soportado una larga cola bajo el sol para conseguir las entradas, estaba tremendamente predispuesto a disfrutar. Rosa Díaz/Sergi Santiago EFE