Nuestra misión no sólo consiste en ascender, sino en trascender. Trascender es ascender levantando con uno a todas las personas que están alrededor. Al ascender con ellos les ayudamos a visualizar y cristalizar sus sueños, a convertirlos en realidades. Éste es el auténtico liderazgo, que se vuelve dinámico cuando las personas que han recibido ayuda para elevarse sobre sus limitaciones empiezan a su vez, a levantar e impulsar a otras. Entonces el liderazgo adquiere una dimensión divina.
Tu tienes la capacidad de liderarte a ti misma, crecer, trascender y dejar huella en este mundo, si eliges y decides a través de la fuerza de voluntad y la conciencia pura moldear tu carácter, que es el motor que definirá finalmente a una verdadera líder que inspire, motive e impacte otras vidas.
Para que una buena líder pueda cumplir su verdadera misión deberá tener coherencia entre pensamiento, palabra y acción, ya que sólo a través de su ejemplo es que los demás la seguirán.
¿Alguna vez te has preguntado si realmente tu liderazgo está basado en el amor y la inspiración? ¿O simplemente eres una líder que impone, manipula, extorsiona, amenaza y exigen autoritariamente, sembrando miedo? Para que tu liderazgo realmente impacte otras vidas y puedas vibrar en el amor y no en el miedo, debes despertar tu consciencia y tratar de implementar en tu vida lo siguiente:
- Una buena líder tiene una mente abierta, flexible y positiva. Vive en el estado de conciencia del amor y no del temor, a través de la transformación de tus pensamientos negativos por pensamientos creativos, alegres y renovadores, que te permitan convertir tus problemas en oportunidades.
- Una buena líder habla y escucha con amor. Alimenta tu mente a diario con palabras reconfortantes de luz y amor y recuerda que eres ama y señora de lo que callas, pero esclava de lo que hablas. Por eso, en silencio escucha con atención, habla con precaución, se prudente y reservada y actúa con una firme decisión, de acuerdo con lo que te dicta tu corazón, una vez lo has escuchado.
- Una buena líder está libre de juicios, prejuicios y críticas. Muchas veces juzgamos a los seres humanos por sus apariencias externas, sin importar cómo es su interior y los frutos que pueden dar o quizá ya han dado. Antes de juzgar ponte en los zapatos del otro, no supongas, enjuicies ni critiques sin un conocimiento de causa. No trates de lavarte las manos echándole la culpa a los demás porque tu consciencia se ensucia. Acepta tus errores y aprende de ellos con consciencia, para no repetirlos.
- Una buena líder no tiene ataduras. No trates de poseer ni de tener todas las cosas a tu antojo, simplemente deja que las cosas fluyan naturalmente en libertad. Cuando te aferras a otra persona centras toda tu felicidad en ella, y si por alguna razón la pierdes o esa persona no hacen lo que tu quieres, vas a sufrir.
- Una buena líder no guarda resentimientos ni rencores. No concentres tu atención en buscar culpables, sino en solucionar lo que sucede. Si dejas que la ira, el temor, la culpa y el odio ahoguen tu corazón, tu vida se verá afectada de tal manera que perderás la paz interior y te llenarás de resentimientos que te atraparán en un círculo vicioso sin salida.
- Una buena líder le pone alas a la imaginación. Para lograr la cosecha de tus sueños necesitas perseverancia, constancia, dedicación, paciencia, fe, amor y pasión. Y sobre todo disfrutar el proceso y no perder nunca la capacidad de asombro, apreciación y agradecimiento. Cuando amas lo que haces y haces lo que amas, no trabajas, simplemente disfrutas.
- Una buena líder da sin esperar recibir. Uno de los placeres más grandes de la vida es dar, pero nos enseñan lo contrario: a guardar y atesorar. No olvides que en tu vida siempre hay alguien que necesita esa palabra amorosa, ese abrazo fuerte, esa caricia tierna, esa sonrisa. Tal vez ha estado siempre a tu lado y ni te has dado cuenta. Recuerda que la caridad y el servicio empiezan con quienes están trabajando a tu lado. El poder es para servir y el amor es para compartirlo.