Minuto30.com .- Durante 70 años, el nombre EPM ha sido sinónimo de servicios públicos y progreso para Antioquia. Sin embargo, un legado igualmente poderoso, aunque más silencioso, se ha tejido en el corazón cultural de Medellín: una apuesta sostenida por el arte, la memoria y la creación como motores de transformación social. Más allá de la infraestructura, EPM ha sembrado durante siete décadas la posibilidad de imaginar, crear y soñar en comunidad.
Instituciones emblemáticas como el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), el Museo de Antioquia y el Museo Pedro Nel Gómez han encontrado en EPM un aliado fundamental para crecer y, sobre todo, para abrir sus puertas a toda la ciudadanía. Esta alianza ha permitido que el arte no sea un lujo, sino un derecho y un punto de encuentro.
“De los 70 años que está cumpliendo EPM, 25 han sido en alianza con el MAMM”, destaca un representante del museo. “El MAM ha podido crecer, el MAM ha podido avanzar gracias a ese apoyo, al apoyo de EPM, especialmente desde nuestra llegada a Ciudad del Río”.
Quizás una de las iniciativas más transformadoras y cercanas a la gente es la que convierte la factura de servicios públicos en un pasaporte al arte. Gracias al apoyo de EPM, los museos han podido implementar programas de ingreso gratuito para las familias de los estratos 1, 2 y 3, eliminando barreras económicas y democratizando el acceso a los tesoros culturales de la ciudad.
Este gesto simple, pero profundo, materializa la idea de que la cultura es un servicio esencial para el alma de la comunidad, tan vital como el agua o la energía.
El impacto de esta visión se refleja en programas que hoy son parte del ADN cultural de Medellín. El Museo Pedro Nel Gómez, por ejemplo, recuerda con gratitud los inicios de sus programas educativos. “Los primeros proyectos de visitas escolares los hicimos gracias a EPM. Ese primer respaldo fue fundamental. Hoy tenemos un programa de visitas escolares que ha crecido, que es ejemplar”.
Por otro lado, las “Noches Extendidas” del MAMM se han convertido en un referente de ciudad. “No es solamente un programa del museo, es un programa cultural de la ciudad que ocurre el último viernes del mes y donde al aire libre, más de 6,000 personas en muchos momentos se congregan a ver una película”, explican desde el museo. Este evento masivo es la prueba de cómo el arte, cuando se saca de las salas y se comparte en el espacio público, tiene el poder de unir y generar comunidad.
El respaldo de EPM a la cultura no es un patrocinio, es una convicción. La misma que impulsó a visionarios a fundar el Museo de Antioquia en 1881 y que se consolidó con las donaciones de Fernando Botero. Es la convicción de que una sociedad que valora su memoria, que estimula a sus artistas y que educa a sus niños en la sensibilidad, es una sociedad más fuerte y con más futuro.
Como bien lo resume su mensaje de aniversario: “Durante 70 años hemos llevado servicios públicos y construido progreso, pero también hemos sembrado algo más profundo, la posibilidad de imaginar, crear y soñar juntos. Porque cuando una ciudad respira cultura, florecen nuevas formas de vivir, de pensar y de ser comunidad”.
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