La seguridad como legado y el liderazgo de Juan Carlos Pinzón en la consolidación del Estado

Si queremos hablar de seguridad en Colombia, debemos en primer lugar revisar los aciertos y desaciertos de una política que transformó al país: La Política de Seguridad Democrática delineada por Álvaro Uribe Vélez y ejecutada por la ex vicepresidente, MARTA LUCIA RAMÍREZ, cuando fue ministra de Defensa en su gobierno.

Durante los años del gobierno de ÁLVARO URIBE VÉLEZ, Colombia vivió una reducción significativa de la violencia, el secuestro y la capacidad operativa de los grupos armados ilegales. Recordemos que millones de ciudadanos recuperaron su derecho a movilizarse sin miedo viajando por las carreteras de Colombia, con la campaña “VIVE COLOMBIA VIAJA POR ELLA”, con caravanas que los protegian, debido a la presencia del Estado, al hacer presión y dar de baja a cabecillas de las FARC y del ELN, se recuperaron territorios antes controlados por la ilegalidad.

Pero todo eso no se logró por arte de magia, sino combinando el componente técnico, jurídico  y estratégico que permitió sostener esos logros y convertirlos en política de Estado. Esa tarea fue liderada con la disciplina y visión de JUAN CARLOS PINZÓN, quien como viceministro y luego ministro de Defensa del gobierno de JUAN MANUEL SANTOS, demostró que la seguridad también se construye con inteligencia, gestión, precisión y liderazgo institucional.

Asimismo, JUAN CARLOS PINZÓN, comprendió que la seguridad democrática, debía evolucionar de la ofensiva militar a una seguridad integral con desarrollo local, donde la fuerza pública, no solo combate al enemigo, sino que protege al ciudadano y respeta los derechos humanos garantizando así el progreso del territorio. Por ello, diremos que bajo su dirección, entre el año 2011 y 2015, Colombia alcanzó los índices más bajos de homicidios y secuestros registrados en décadas, mientras se fortalecía la capacidad tecnológica e investigativa del sector defensa. Al ser economista, su enfoque gerencial, permitió modernizar la inteligencia, mejorar la coordinación entre las FUERZAS MILITARES Y LA POLICÍA NACIONAL, y consolidar el sistema de defensa más profesional y eficiente de la historia. No se trataba solo de ganar batallas, sino de institucionalizar los logros, para que la seguridad no dependiera de un gobierno, sino de la fortaleza del Estado.

Durante su gestión, el Ministerio de Defensa, impulsó una reforma doctrinal, orientada a la planeación estratégica, la interoperabilidad y la transparencia. Se fortalecieron los lazos con aliados internacionales en materia de inteligencia y ciberseguridad, al tiempo que se implementaron programas de bienestar y formación integral para los miembros de la fuerza pública. PINZÓN, también fue enfático en incorporar estándares de derechos humanos y mecanismos de rendición de cuentas, consolidando la legitimidad del uso legítimo de la fuerza. Esa combinación de FIRMEZA OPERATIVA Y VISIÓN HUMANISTA, permitió mantener la ofensiva contra los grupos armados sin sacrificar la confianza ciudadana ni el respeto a la ley.

Hoy, cuando la inseguridad vuelve a ser uno de los mayores desafíos del país, vale la pena recordar esa experiencia. La gestión de JUAN CARLOS PINZÓN, representó una continuidad responsable y moderna de la Seguridad Democrática, adaptada a los retos de un país que buscaba la paz sin renunciar al orden. Su visión técnica, ética y estratégica lo consolidó como el candidato presidencial con mayor experiencia en materia de seguridad en Colombia actualmente, un liderazgo forjado desde el conocimiento del Estado, la disciplina y los resultados. La historia reciente demuestra que la seguridad no puede improvisarse: debe ser una política de Estado que combine firmeza, legitimidad y respeto por la vida, porque solo así la tranquilidad de los colombianos dejará de ser un privilegio para convertirse en un derecho garantizado.

Por: Jennifer Gallón Martínez — Abogada y analista en temas de justicia y seguridad