Rodrigo Lara Bonilla: silenciado por el narcotráfico hace 38 años

El 30 de abril de 1984 fue asesinado el, en ese entonces, ministro de Justicia: Rodrigo Lara Bonilla. Un funcionario que se convirtió en la piedra en el zapato del narcotráfico cuando empezó a hablar de este abiertamente y de un muy posible vínculo entre esa nueva actividad delictiva y el represente a la Cámara por Antioquia, Pablo Escobar.

Aunque actualmente sabemos que Pablo Escobar sí era narcotraficante y no uno cualquiera, si no que llegó a ser el más importante, en ese momento se armó una campaña de desprestigio a Rodrigo Lara Bonilla.

Escobar y otros relacionados con el narcotráfico, actividad que se estaba metiendo en todos los sectores de la sociedad colombiana, comenzaron a armar estrategias para vincular al ministro de Justicia a los mismos crímenes que estaba denunciando.

Magnicidio de Rodrigo Lara Bonilla

Como esta campaña de desprestigio no sirvió, porque el ministro continuó denunciando al narcotráfico y sus redes, escaló la violencia.

El día de su muerte le informaron que debía cambiar la ruta que usaba para ir a su oficina porque había un plan para acabar con su vida.

En ese recorrido no ocurrió nada, pero al terminar su jornada laboral y dirigirse a su casa, supuestamente, fue atacado por sicarios que dispararon al carro en el que se movilizaba.

No obstante, años después, un médico patólogo que estuvo presente en la necropsia habló al periodista Alberto Donadío y le expresó su sospecha de que la versión dada por el chofer del ministro no era cierta.

Luego, tras un dictamen de un exdirector de Medicina Legal, se habría hallado que Rodrigo Lara Bonilla recibió un disparo que tuvo que provenir del lado izquierdo y desde adentro del carro, además, tenía la nariz rota.

Lo anterior pone en duda de quienes fueron los autores materiales del magnicidio de Rodrigo Lara Bonilla y a quienes, además de Pablo Escobar, le convenía su muerte.

Para leer más noticias de Colombia ingrese aquí.