Foto de archivo para ilustrar la nota.
Antony, el estudiante de 13 años que habría sido apuñalado por una compañera de clases en un colegio de Bogotá, despertó hace dos días, después de estar un mes en coma tras el violento incidente.
Este avance es un rayo de esperanza en medio de la adversidad para su familia, aunque su recuperación aún es incierta.
El joven fue trasladado de urgencia a la unidad de cuidados intensivos en un centro asistencial tras recibir graves heridas en una pelea en el colegio.
Su estado era crítico y los médicos trabajaron arduamente para estabilizarlo. Durante este mes.
Recientemente, Antony mostró signos de mejoría al despertar del coma, aunque las secuelas del ataque son significativas.
Las heridas han afectado gravemente su motricidad, especialmente en el lado derecho de su cuerpo, y su capacidad de hablar.
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La comunidad y las autoridades han estado atentos a la situación, mientras la agresora, de 14 años, permanece aprehendida y se investigan las circunstancias que llevaron a este trágico evento.
Este caso resalta la necesidad urgente de abordar la violencia escolar y proteger a nuestros jóvenes.
Cualquier información sobre su paradero es de gran importancia para su familia
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