Un fuerte incendio en un árbol se registró la noche del 20 de diciembre en Mnarique. Foto: Redes Sociales
Minuto30.com .- La imprudencia por el uso de pólvora en Medellín estuvo a punto de causar una tragedia mayor en el nororiente de la ciudad. La noche de este sábado 20 de diciembre, los habitantes del barrio Manrique Oriental vivieron momentos de angustia cuando un volador cayó directamente sobre un pino, desatando un incendio estructural que iluminó la zona con llamaradas que alcanzaban varios metros de altura.
El incidente, registrado en video por vecinos del sector, muestra cómo las ramas del árbol se convirtieron en una antorcha gigante en cuestión de segundos, amenazando con propagarse a las viviendas cercanas. Este suceso es el fiel reflejo de una problemática que, pese a los llamados de las autoridades, parece desbordada en esta temporada decembrina.
Más allá de los daños materiales y el susto en Manrique, el panorama de salud pública es desolador. Con corte al 20 de diciembre, la capital antioqueña ya suma 48 personas heridas por la manipulación y exposición a artefactos explosivos. Esta cifra pone a la ciudad en máxima alerta, pues se encuentra a un paso de duplicar los registros del año pasado.
El incremento es estadísticamente preocupante: para la misma fecha en 2024, Medellín reportaba poco más de 25 casos. Esto significa un aumento cercano al 75% en el número de víctimas, evidenciando que las campañas de prevención y las sanciones no están siendo suficientes para frenar el uso indiscriminado de estos elementos.
Los niños: las víctimas más vulnerables
Aunque el perfil de los lesionados muestra que la mayoría son hombres adultos (quienes representan tres cuartas partes de los casos), el dato que más duele a la ciudad es el de la infancia. Según el reporte consolidado de la Alcaldía de Medellín, al menos 15 niños y adolescentes han resultado heridos en lo que va del mes.
Muchos de estos menores no estaban manipulando la pólvora, sino que eran simples espectadores o transeúntes que fueron alcanzados por la trayectoria errática de voladores, volcanes o tacos. Algunos presentan quemaduras de consideración que podrían dejar secuelas permanentes, empañando lo que debería ser una época de alegría familiar.
El caso del pino incendiado en Manrique Oriental enciende las alarmas del DAGRD. En una ciudad con zonas densamente pobladas y alta presencia de vegetación seca en algunos sectores, un solo volador puede ser el detonante de un incendio de grandes proporciones.
Las autoridades de gestión del riesgo reiteran que el uso de pólvora no solo pone en peligro la piel de quien la usa, sino la propiedad privada y el medio ambiente. El viento de la noche puede llevar un proyectil encendido a balcones con materiales inflamables o, como ocurrió en este caso, a árboles que actúan como combustible inmediato.
Desde la administración distrital y los centros hospitalarios, el mensaje es uno solo: no más pólvora. El sistema de salud ya se encuentra bajo presión por las emergencias propias de la temporada, y cada nuevo quemado representa un esfuerzo adicional para el personal médico que intenta salvar tejidos y extremidades.
En Minuto30, hacemos eco de esta preocupación. Un segundo de “espectáculo” con un volador no vale la vida de un niño ni la tranquilidad de un barrio. Medellín necesita recuperar la cultura del cuidado para que el conteo de heridos se detenga antes de la llegada del 24 de diciembre.
¡Los que no queremos pólvora somos más!
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