“Con gasolina cara, ya es hora de hablar en serio de otros combustibles”: Fendipetróleo

El presidente Gustavo Petro sacudió al país con una advertencia: hay que subir el precio de la gasolina. Y el debate se esparció por todo el país, pues de ese combustible dependen su sustento miles de motociclistas, taxistas y buena parte de propietarios de vehículo particular.

El debate ha ido escalando, pasando por gremios de la producción, esquinas políticas, congreso de la República y ciudadanos de a pie, pues el alza en el precio de la gasolina, históricamente significa aumento en precios de alimentos, bienes y servicios.

Todo se debe a que el Estado debe responder por la deuda contraída por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) la cual roza los 25 billones de pesos, es decir, una suma igual a la que el gobierno espera recaudar con la reforma tributaria que le propuso al país.

Sin embargo, más allá de la discusión inmediata de pagar más por el precio del galón de gasolina, el tema llega a aguas más profundas: ¿Qué vamos a hacer para reemplazar este combustible y de paso, ayudarle al planeta?

La ONU le advirtió al mundo que en el 2030 todo el planeta en su conjunto debe bajar las emisiones de carbono, de tal manera que se detenga el calentamiento global, que va en aumento y está causando estragos en todas los rincones del mundo.

En esa línea de flotación está el reemplazo de combustibles fósiles hasta porcentajes aceptables. Algunos países se tomaron en serio el tema y no permitirán más carros a gasolina a partir del año 2035, por ejemplo.

En Colombia ni siquiera sabemos cuánto vamos a colaborar con el tema, y de contera, a siete años del plazo que dio la ONU, agitamos el debate para seguir usando gasolina. Mucho menos nos podemos adelantar a restringir, con fecha exacta, el uso de vehículos convencionales.

Fendipetróleo, gremio de los distribuidores de combustibles en el país, a través de su presidente, Juan Carlos Vélez Uribe, ha puesto sobre el tapete el asunto de la transición energética. Hay que empezar a hablar de gas, energía eléctrica y hasta de hidrógeno. Esas son alternativas que el mundo está poniendo en marcha en mayor o menor medida, según los alcances tecnológicos y de logística.

Colombia requiere una discusión franca y una puesta en marcha de objetivos posibles en ese sentido. Habrá demoras, pero es urgente iniciar las discusiones antes que sea tarde frente a los avances del mundo.

Mientas tanto, aunque no se ha definido cuál será el precio futuro de la tanqueada, ya hay un aviso a navegantes: habrá alza y será fuerte. Se habla de casi el doble del precio actual.

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