El Ejército les debe a los soldados: ‘Nos siguen dando largas con el pago de las primas’

Soldados profesionales del Batallón de Inteligencia de Señales en Facatativá, Cundinamarca, han denunciado públicamente que el Ejército les adeuda dos primas de orden público correspondientes al año 2024, lo que ha generado un fuerte malestar entre los uniformados. Según los militares, cada uno de ellos debe recibir aproximadamente 910,000 pesos por las primas atrasadas, que aún no han sido pagadas a pesar de las múltiples promesas de cumplimiento.

Los soldados aseguran que el pago ha sido pospuesto en varias ocasiones, lo que ha afectado gravemente su situación económica. “Nos han estado diciendo que el desembolso se realizará este mes, pero cada vez nos corren la fecha. Estamos cansados de que jueguen con nuestro sueldo”, comentó uno de los militares afectados. A pesar de haber recibido información sobre nuevos plazos de pago, estos aún no se han cumplido, aumentando la frustración entre los soldados.

El Ejército Nacional respondió a las denuncias, explicando que la demora en el pago de las primas se debe a cambios administrativos internos. Según la institución, la prima de orden público de diciembre de 2024 fue solicitada en enero de 2025 y se espera que sea pagada a finales de marzo o principios de abril de este año.

Además del retraso en los pagos, se conoció otra denuncia por parte de los familiares de soldados destacados en operaciones en el departamento del Putumayo. Varios soldados llevan más de cinco meses en la región sin ser relevados, lo que ha generado gran preocupación en sus familias. “Entendemos que tienen que estar allá un tiempo, pero ya son más de cinco meses y nadie nos da razón sobre cuándo volverán”, expresó una madre de uno de los soldados.

Fuentes del Ejército confirmaron que la permanencia prolongada se debe a las difíciles condiciones de seguridad en la zona, que han dificultado la rotación de los efectivos. En particular, la región del Putumayo enfrenta altos niveles de actividad de grupos armados ilegales, lo que ha obligado a mantener una presencia militar constante.

El conjunto de denuncias ha generado un profundo malestar entre los soldados, quienes exigen que se cumplan los compromisos asumidos por el Ejército, tanto en relación con el pago de sus primas como con respecto a sus condiciones laborales en las regiones de conflicto. Los militares recalcan que, más allá de las dificultades económicas, también se ven afectados por el estrés y la incertidumbre de no recibir información clara sobre su futuro laboral y personal.

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