Foto: Cortesía.
En un emotivo y contundente discurso que conmocionó a la opinión pública, Miguel Uribe Londoño, padre del recientemente asesinado senador Miguel Uribe Turbay, anunció su candidatura a la Presidencia de Colombia. Desde un lugar cargado de simbolismo, Uribe Londoño se dirigió a la nación, convirtiendo el dolor por la pérdida de su hijo en el motor de un movimiento político que busca la “Unidad Nacional”.
El discurso estuvo marcado por un tono de profunda herida personal y un llamado a la acción colectiva. “Hoy les hablo desde la herida más profunda que puede sufrir un ser humano: la de un padre que despidió a su hijo asesinado por sus ideas”, expresó. Uribe Londoño, quien también fue enjuiciado injustamente y perdió a su esposa Diana a manos del narcotraficante Pablo Escobar, afirmó que de este “martirio” ha nacido una fuerza indestructible, y con un juramento público, prometió que “Colombia jamás volverá a arrodillarse frente a la injusticia, ni frente a la violencia”.
La decisión, según Uribe Londoño, no fue tomada a la ligera. Reveló que meditó profundamente la situación, llegando a la conclusión de que su hijo Miguel le hubiera recomendado “sin dudar” seguir adelante y enarbolar sus banderas. Además, agradeció el gesto del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien le invitó a asumir las banderas de este proceso.
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A sus 72 años, Uribe Londoño se comparó con Winston Churchill cuando este comandó la salvación de Europa, y aseguró que su piel está “curtida de tantos ataques e injusticias”. En su intervención, denunció que Colombia se desmorona en pedazos, sumida en la inseguridad y dividida “por diseño” para ser sometida. Por ello, su principal objetivo será consolidar la seguridad y defender la democracia, la libertad y la justicia, con la guía de las ideas que su hijo diseminó por toda Colombia.
En un momento de su discurso, Uribe Londoño recordó las escalinatas de la Santa Catedral, que hace 34 años lo vieron cargar en un brazo a su hijo Miguel y en el otro el ataúd de su madre, asesinada por el narcotráfico. Hoy, frente a esas mismas escalinatas, convoca a la Unidad Nacional, sumando a miembros de partidos políticos y a todos los colombianos que anhelan un destino distinto.
El mensaje del padre del senador asesinado es claro: a pesar de los riesgos y peligros que enfrenta, no tiene miedo y no se va a quebrar. “No soy el único padre al que le han arrebatado lo que más amaba, pero sí pretendo ser la voz del último padre que tuvo que aceptar de brazos cruzados el destino cruel que nos quieren imponer”, sentenció.
Finalmente, con un juramento ante Dios, prometió que no dará descanso a su mano, a su corazón y a su alma hasta que en Colombia no exista un mártir más. Lucharán por una Colombia Segura, Democrática, Libre, Próspera y Justa, un país donde todos puedan vivir y dormir tranquilos, y donde “¡volvió la seguridad, volvió la tranquilidad!”.
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