El papa Benedicto XVI condenó el lunes la “violencia absurda y feroz” contra “personas indefensas” en Irak, después que un grupo de Al Qaida penetró el domingo en la catedral siríaca católica de Bagdad, matando a dos sacerdotes y a 35 fieles.
“Expreso mi solidaridad afectuosa a la comunidad cristiana (iraquí), de nuevo golpeada”, añadió.
“Ante los atroces episodios de violencia que siguen desgarrando las poblaciones de Oriente Medio, quiero renovar mi llamamiento a la paz”, afirmó.
El ataque, cometido el domingo, víspera de la fiesta de Todos los Santos, es uno de los peores cometidos contra los cristianos de Irak.
Fue reivindicado por un grupo de Al Qaida que dio un ultimátum de 48 horas a la iglesia copta de Egipto para liberar a musulmanes “encarcelados en monasterios” de este país, según el centro estadounidense de vigilancia de sitios islamistas (SITE).
El pasado 12 de octubre, durante el sínodo sobre Oriente Medio en el Vaticano, el arzobispo de Kirkuk (norte) manifestó su preocupación por el “éxodo mortal” de los cristianos de Irak.
CIUDAD DEL VATICANO, 1 noviembre 2010 (AFP)
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