Maximiliano Valderrama

Hace un par de meses supe por parte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, AMVA, sobre la restricción del llamado parrillero, con el fin de mejorar uno de los más grandes problemas que tiene Medellín y sus alrededores hoy: la inseguridad.

Maximiliano Valderrama

Maximiliano Valderrama

En dicha oportunidad, manifesté a través de mis trinos (que para algunos funcionarios y periodistas fletados son innovadoramente destemplados) mi posición al respecto, ya que el gerente del AMVA pidió a sus followers que lo hiciéramos (mejor uso dicho anglicismo, ya que “seguidores” sería matricularme tácitamente en el Coraje).

Mi posición de ese entonces, negativa hacia dicha arbitrariedad, se centraba en que con la misma se iban a afectar aquellos ciudadanos que por necesidad se transportan en una motocicleta, generando para ellos sobrecostos, y lo más grave, estigmatizando a muchas personas de bien, como si fueran un subgrupo de hampones, gatilleros y fleteros, a quienes con la implementación de dicha medida querían limitar en su accionar.

Como pasa siempre, se reunieron los alcaldes del AMVA (donde la gran mayoría son políticos y no gerentes) y de manera “unánime” aprobaron esa medida arbitraria, la cual de paso se iba a consolidar como un paliativo y distractor de una realidad que para nuestro querido alcalde, el de Medellín, no existe: una rampante inseguridad.

Al cabo de los días, con bombos y platillos propios de aquellos que están acostumbrados al juego político de las fiestas, sancochos, rifas y clientela, presentaron a principios de enero de este año, los “grandiosos” resultados al haber implementado tal medida, donde el gerente del AMVA decía lo que el pueblo quería escuchar: “mejoró ostensiblemente la seguridad”, eso sí, sin argumentos sólidos desde el punto de vista técnico, además ofreciendo como una ñapa la afirmación que “había sido un gran aporte para la movilidad” y ponían como ejemplo el éxito en uno de los 10 municipios que conforman el AMVA: Barbosa, donde sólo se concentra menos del 5% de la población total del Área Metropolitana. Válgame Dios, unas frases y unas afirmaciones dirigidas y de paso asentidas por aquellas personas, que, o están comiendo de la administración su ración de lentejas o “tragan entero”, tanto como la mayoría de aquellos que votan por internet por cuanto concurso “chimbo” se inventan.

El caso es que hoy deciden, por unanimidad, extender por seis meses más la medida, ampliándola además en dos horas, argumentando cosas que no se soportan en datos ciertos, sólo considerando que la medida se aplicó en una época donde las circunstancias no son las que se promedian en un año.

Sigo pensando que es una medida arbitraria y mediocre, que a su paso estigmatiza a muchas personas que usan su moto por necesidad, atribuyéndose de paso el AMVA competencias (en Medellín) de una secretaría de Gobierno acéfala e inoperante. Igual, para nadie es un misterio que los delincuentes, a la hora de hacer sus fechorías, no respetan las normas (y de eso hay muchas fotos).

Me preocupa que en lugar de hacer de Medellín y el AMVA un hogar para la vida, estemos aprovechando el terror generalizado que sienten (sentimos) algunos ciudadanos por aquellos “Byrons en Calimatic”, etiquetando desde lo más alto de los gobiernos locales y sin lugar a defensa, como delincuentes y temerarios a motociclistas (por necesidad y no por placer) con sus acompañantes.

Ojalá en estos seis meses se implementaran acciones y programas para aquello que realmente puede mejorar la rampante inseguridad, los tacos inmarcesibles y el transporte público…. pero la verdad, con tanta mediocridad y facilismo, no creo.

Para finalizar: dice el secretario de Movilidad que estudian la posibilidad de establecer sobre la actual malla vial, carriles exclusivos para el servicio público en Medellín… ¡qué adefesio!; sin un SIT y sin ampliar las rutas de Metroplús, hacerle el favor a los buseros del AMVA (sí, aquellos mismos que prestan los buses en elecciones y financian campañas), para que luego, cuando se quiera recoger la piola y sacar con el innovador pero poco expandido Metroplús a los destartalados buses, de transportadores, los mismos tengan una mejor posición negociadora, claramente fortalecida por el facilismo de una administración que prefiere, como dice el dicho “vender el sofá para solucionar la calentura”.

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Redacción Minuto30

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