El Barquero supo en fuentes de buena tinta que dos vertientes de los partidos de La U y del conservatismo le pedirán a Alejandro Ordóñez Maldonado, Procurador General de la Nación, que estudie la posibilidad de presentarse como candidato presidencial para el período constitucional 2014-2018.

Esta es la primera manifestación que se ha sentido en relación con las fuerzas que en su momento venían acompañando al ex presidente Uribe y que ven en Ordóñez la única posibilidad de recuperar lo que se ha perdido durante la administración del presidente Santos, en temas tan sensibles como la seguridad nacional y las relaciones exteriores.

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Torrente de críticas.

El pasado fin de semana no estuvo afortunado en las páginas de opinión para el gobierno de la Prosperidad Democrática que orienta el presidente Santos.

El columnista Ramiro Bejarano se vino lanza en ristre, en El Espectador, con el que considera “el gran negociado liberal” en donde la principal noticia de la semana “refleja de cuerpo entero lo que hoy es el Partido Liberal: una asociación de menor cuantía, sin ideología, arrodillado al Gobierno y engolosinado con la burocracia oficial, que si bien un día apoya la ley de víctimas y de tierras, al siguiente se hace cómplice de desastrosas reformas a la Constitución, como la que se aprobó esta semana para deshonra de la nación y de quienes participaron  en esa orgía institucional”.

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Cambalache.

A su turno, Daniel Samper Pizano se sumó así a las críticas en su columna dominical de El Tiempo: “La reforma judicial aprobada esta semana no hace más ágil, limpia ni eficaz la justicia. Aporta puntos favorables, pero es sobre todo un tratado de ayuda mutua entre parlamentarios y magistrados. Aquellos lograron un régimen penal que los aproxima a la impunidad. Y estos obtuvieron el inmediato alargue de sus períodos. Es una indecencia que 70 parlamentarios sub júdice, a quienes afecta de modo directo la reforma,  voten en causa propia por conveniencia personal. También lo es que magistrados negocien y se apliquen a un régimen que los beneficia laboralmente. No menos lamentable resulta que el Gobierno prohije esta burla a los colombianos que esperaban un ataque a los problemas de la justicia y fueron sorprendidos por un pastel que reparte irresponsabilidad a los congresistas, larga permanencia en sus cargos  a los magistrados e intromisión en  la rama jurisdiccional al Ejecutivo”.

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En Semana.

Para concluir, María Jimena Duzán fue más allá, estableciendo una especie de paralelo entre Juan Manuel Santos y Gustavo Petro. El primero sale muy mal librado. La columnista da a entender que el Presidente lo que está buscando es quedar bien con todo el mundo.

Recordemos que con esta figura no queda bien con nadie, pues Santos (según opiniones escuchadas en diversos escenarios) está gobernando para la galería; busca mantener su imagen internacional y en cada  sitio al que llega aparece como el Rey Midas, ofreciendo cantidades billonarias y haciendo promesas como cualquier candidato en trance electoral.

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Redacción Minuto30

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