Resumen: El Occidente de Antioquia vive una transformación vial sin precedentes con obras de pavimentación, estabilización de corredores, construcción de puentes, túneles y nuevas vías en municipios clave. Proyectos como Abriaquí–Cañasgordas, Uramita–Peque, la Nueva Vía al Mar y múltiples mantenimientos rurales avanzan con inversiones que superan el billón de pesos. Estas intervenciones mejoran la movilidad, fortalecen la competitividad regional y benefician a miles de habitantes que dependen de estos corredores para su economía y acceso a servicios.
El Occidente de Antioquia experimenta una de sus mayores renovaciones en infraestructura vial, gracias a obras estratégicas que conectan municipios, mejoran la movilidad rural y fortalecen los corredores que llevan hacia el Urabá, el centro del departamento y el Eje Cafetero.
Las intervenciones, que superan el billón de pesos, avanzan en frentes clave como pavimentaciones, estabilización de corredores, construcción de puentes y ejecución de nuevas vías.
Uno de los proyectos más significativos es la intervención de la vía Abriaquí–Cañasgordas, un tramo de 10 kilómetros que fue recibido en grave deterioro y que hoy alcanza un avance del 82%, consolidándose como un eje fundamental para la conexión del Occidente con el resto del departamento.
A este desarrollo se suma el inicio de la tercera etapa de la vía Uramita–Peque, que permitirá completar la pavimentación total de sus 62,5 kilómetros, una obra que durante años había sido prioritaria para las comunidades que dependen de ese corredor.
La región se prepara además para una intervención de 93,35 kilómetros de pavimentación con estabilización en corredores estratégicos que conectan municipios agrícolas, destinos turísticos y zonas rurales que históricamente han requerido una infraestructura más sólida.
Paralelamente, avanzan inversiones orientadas a superar puntos críticos y fortalecer la seguridad vial, como los recursos destinados para puentes y estructuras, entre ellos el traslado del puente El Beso hacia Olaya, una obra valorizada en 14 mil millones de pesos que permitirá mejorar la movilidad en uno de los pasos más importantes para los habitantes de esa zona.
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También continúan los trabajos de mantenimiento en vías como Caicedo–Urrao y ya está adjudicada la intervención de 12,8 kilómetros en la vía que une a Liborina con Sabanalarga.
Las intervenciones ya ejecutadas en vías secundarias y terciarias han comenzado a transformar la movilidad cotidiana en los municipios del Occidente. En esta subregión se han realizado labores de mantenimiento en 650,57 kilómetros de vías secundarias, se han mejorado 55,45 kilómetros adicionales y se han construido 18,95 kilómetros de placa huella en zonas rurales, inversiones que superan los 9.500 millones de pesos y que han facilitado el transporte de productos, el acceso a servicios y el desplazamiento de las comunidades.
Dabeiba, por su parte, avanza en la pavimentación hacia el corregimiento de Camparrusia a través del mecanismo de Obras por Impuestos. Allí ya están en funcionamiento 4,1 kilómetros y otros 4 kilómetros permanecen en ejecución, dentro de una inversión privada que asciende a 39.300 millones de pesos. En esta misma línea, se construyó el puente Las Cruces, una estructura de 46 metros que mejora la conexión con sectores rurales y fortalece la movilidad de campesinos y productores.
La Nueva Vía al Mar – Gonzalo Mejía Trujillo, uno de los proyectos más trascendentales para el Occidente y la salida hacia la costa, también avanza a buen ritmo. Su tramo 1 ya se encuentra completamente terminado, mientras que el tramo 2 alcanza el 65% de ejecución.
El Túnel 0, una excavación de un kilómetro que permitirá dar continuidad al trazado, ya llega al 30% de avance. Este proyecto incluye además un componente social que impacta directamente a las comunidades cercanas, con mejoras en instituciones educativas, obras deportivas y la instalación de sistemas de saneamiento básico como unidades sanitarias y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Todas estas intervenciones hacen parte del Plan Vial Departamental 2024–2027, una estrategia que proyecta el mejoramiento y mantenimiento de miles de kilómetros de vías secundarias y terciarias, la intervención de aeropuertos y aeródromos y la ejecución de obras urbanas, dentro de una inversión total estimada en 10 billones de pesos para el cuatrienio.
Con estas obras en marcha, el Occidente antioqueño consolida una transformación vial que promete impulsar su competitividad, dinamizar la economía y mejorar significativamente la calidad de vida de sus habitantes.
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