Resumen: Gracias a una denuncia ciudadana, autoridades de Cundinamarca, con el apoyo de la Policía y la CAR, rescataron 10 borugos que estaban siendo criados para la venta ilegal de carne durante la temporada navideña. Esta especie, catalogada en peligro crítico, enfrenta la caza indiscriminada, la pérdida de su hábitat y una reproducción limitada, por lo que su rescate contribuye a la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas locales.
Un operativo adelantado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), con el apoyo de la Policía Nacional y la Policía de Carabineros, permitió frenar el tráfico ilegal de fauna silvestre en el municipio de Nimaima, donde fueron incautados 10 borugos —también conocidos como tinajos— que estaban siendo criados en cautiverio para su comercialización como carne durante la temporada navideña.
La acción se logró gracias a una denuncia anónima de la ciudadanía, que alertó a las autoridades sobre la presencia de estos animales en condiciones irregulares. En el lugar fueron encontrados nueve ejemplares juveniles y un infante, mantenidos con fines comerciales, una práctica que pone en grave riesgo la supervivencia de esta especie.
Según la CAR, el borugo se encuentra catalogado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en estado crítico, debido a la caza indiscriminada impulsada por la alta demanda de su carne, cuyo valor en el mercado ilegal puede alcanzar los 350.000 pesos por ejemplar.
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Además de su uso como alimento, la especie enfrenta una presión adicional por creencias populares que le atribuyen supuestas propiedades medicinales y una capacidad inmunológica frente a mordeduras de serpientes, lo que incentiva aún más su captura, especialmente para el consumo de personas con diferentes enfermedades.
El borugo es un roedor herbívoro de pelaje pardo con manchas blancas que habita en zonas boscosas cercanas a ríos y quebradas. Su importancia ecológica es fundamental, ya que actúa como dispersor de semillas, contribuyendo a la regeneración natural de los bosques. Sin embargo, la pérdida de su hábitat y su baja tasa reproductiva —se reproduce apenas dos veces al año— han reducido significativamente sus poblaciones.
Ante este panorama, la CAR reiteró su llamado a la ciudadanía para evitar la caza, captura y comercialización de fauna silvestre, recordando que estas prácticas constituyen un delito ambiental. La protección de especies como el borugo resulta clave para preservar el equilibrio ecológico y la biodiversidad del territorio.
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