Leyva olió el tocino

La carta dirigida a la Cruz Roja Internacional, en la que las Farc piden a este organismo considerar el documento de la agenda común con el Gobierno como parte de un «Convenio Especial», presenta varios significados que La Barca desarrolla seguidamente.

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Los cinco puntos esenciales.

Primero: Pareciera que esta vez las Farc si le hacen una apuesta en serio a la política.

Segundo: Que al pedir el tratamiento de Convenio Especial se amarran a la mesa, hasta ponerle fin al conflicto. Lo que implica que las partes no podrán alegar la gravedad de la confrontación bélica para suspender los diálogos.

Tercero: Con esta solicitud, las Farc obligan al Gobierno, de la misma manera, a atarse a la mesa hasta ponerle fin al conflicto, lo que en otras palabras corresponde a no limitar las conversaciones en el tiempo; de esta manera evitarían la exigencia de resultados que ha hecho el Gobierno poniéndole un plazo de 8 meses, es decir, se declaran en asamblea permanente hasta el logro de la culminación del conflicto.

Cuarto: Al acudir al Derecho Internacional Humanitario, las Farc le imponen al Gobierno un comportamiento similar; es decir, que nadie podrá levantarse de la mesa, alegando que la contraparte ha solicitado blindar el proceso de negociación bajo el amparo del DIH.

Quinto: Como en los protocolos suscritos, en el marco del Derecho Internacional, los preámbulos del texto hacen parte integral del Protocolo. Así las cosas, las Farc estarían obligando al Gobierno a incluir en las discusiones el temario contenido en las consideraciones suscrito con el Gobierno. Quiere decir que no solo se tratarían los 5 puntos de la agenda como lo ha dicho el Gobierno sino también los que las Farc consideran las causas objetivas del conflicto que tienen que ver con el modelo de desarrollo económico.

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La trampa.

Los expertos Jaime Castro, Hebert Bustamante y Diego Tobón fueron al fondo el documento analizado por Leyva anteriormente, fielmente ilustrado por el uniandino Alejandro Ramírez, y se concluyó que las Farc están buscando la beligerancia, requisito fundamental para obtener el territorio, tratando de revivir el sueño de Tirofijo con su “República Independiente de Caquetania” y se trabajaría en la formulación de una nueva Constituyente. Las Farc avanzan políticamente, según el exministro Castro, todo al ritmo de las encuestas, pues a Santos lo único que lo desvela es su propia imagen, con el antecedente de su documento fechado en 1997, en el que se aproxima a todo lo que se propone en esta nueva aventura pacificadora.  Y todo termina con el bloque de constitucionalidad.