Cerrar brechas sociales es clave para una ciudad segura

Dentro del discurso que he estructurado con el paso de los años en materia de SEGURIDAD, siempre he promulgado la necesidad de cerrar las brechas sociales a fin de erradicar o apaciguar la delincuencia en la ciudad. Es desde allí que parte la ejecución de un trabajo altamente efectivo si no queremos tener más delincuentes en las calles y escasamente en las cárceles.

Mientras no cerremos brechas sociales se pueden capturar los delincuentes que ustedes quieran, pero inmediatamente la sociedad nos estará arrojando a las calles otro puñado más. Teniendo en cuenta además que en las cárceles no cabe ni uno más.

Es por ello que, siendo un defensor de la Fuerza Pública y de su continuo fortalecimiento, expreso la necesidad de acompañar todas las estrategias de impacto directo frente a la delincuencia, -las cuales han venido aumentando su efectividad gracias al componente tecnológico, – con generación de empleo, inversión social, presencia institucional en los territorios, transformaciones sociales desde el arte, la cultura y el deporte, educación de calidad, etc. Eso sí, no se puede descuidar en ningún momento el actuar de nuestra Policía Nacional y Ejército Nacional, instituciones clave de las cuales me siento profundamente orgullo y sin las que hoy Colombia estaría perdida.

A partir de este punto entra un componente valiosísimo para el desarrollo y sostenibilidad económica. Sí, hablo de las empresas, donde su papel, pero sobre todo su acompañamiento y respaldo, es esencial en la generación de empleo, entendiendo muy de cerca la crisis que actualmente atravesamos. Es con empleo de calidad, empleo formal, que las personas encontrarán posibilidades para su desarrollo personal, familiar, social y profesional.

La seguridad hoy no puede verse más como un componente ajeno o solitario, todo lo contrario, es desde el impacto inmediato en materia de seguridad que podemos avanzar en otras áreas que permitan realmente formar ciudadanos con oportunidades que no encuentren en la delincuencia una vía de escape para satisfacer necesidades básicas como alimentación, salud, empleo, vivienda.

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