La Noche de la Expiación ¡Una verdadera Purga!. Por Milena Andrea Serna

La Noche de la expiación dura 85 minutos y tiene la innoble suerte de solo sumar mediocridad y al mismo tiempo decrece en interés. El director no llegó a explotar por completo el concepto de “La purga” el conflicto y la historia se encaminaron por un estilo de relato que ya hemos visto varias veces en la pantalla, así mismo la idea conceptual de la producción se enfocó únicamente en la situaciones violentas que volvieron la trama más predecible.

Sin dudas se trata de una idea excelente, y si bien enseguida se nota que el único objetivo es convertir en espectáculo la lucha de clases, es decir fetichizarla (algo que no puede objetársele a una ficción) la cosa funciona bastante bien mientras la violencia se mantiene en un estado de inminencia.

Después, cuando la tensión se libera, y empiezan los tiros y la sangre, la película se ciega, y eso significa que uno puede cerrar los ojos porque lo que queda por ver ya fue visto mil veces.

Desde el comienzo te predispone y te hace pensar que estas frente a una atractiva historia, aunque los primeros cuarenta y cinco minutos están llenos de clichés y algunas incoherencias, te mantiene atento y expectante pero bruscamente el argumento comienza a desinflarse para concluir con unas secuencias absurdas y ridículas, tipo clase b, donde la tensión y el clímax que se había logrado en la primera parte van directamente a la basura.

En La Noche de la Expiación no hay monstruos. Lo que abundan son los seres humanos, muchos. Para el director James DeMonaco, el hombre es peor que cualquier entidad fantástica, si este mensaje es correcto o no, no interesa realmente porque la propia película lo sepulta a base de una filosofía que se transforma en repetitiva hasta reducirla a la banalidad.

El guion se muestra sólido, llamativo y enigmático; y las pocas escenas que visualizamos en su avance (acompañadas de una banda sonora estimulante) prometen un estado de tensión y suspenso que pareciese nos vayan a ocasionar grandes saltos.

Pero, lamentablemente y decepcionantemente, The Purge está bien montada hasta la primera mitad, y lo que aparentaba proveerle al espectador decenas de sustos, tirantez y grados elevados de nerviosismo se echa por la borda a partir de resoluciones súper previsibles y un final estrepitosamente tosco.

El film es muchas cosas pero al mismo tiempo no es nada. Puede ser una película de terror, pero DeMonaco está interesado en hacer todo un drama. Cuando la obra intenta ser más que un simple exponente del género, queda apresada bajo un agotador discurso sobre “lo mal que estamos”. Prefieren preocuparse por dejar claro su filosofía (torpemente, a los garrotazos) en vez de priorizar la sincronización y ejecución de los tópicos del género.

La película es un claro ejemplo de cómo desaprovechar un proyecto o un boceto interesantísimo y absolutamente inventivo cuando de la teoría se vuelva a la práctica; un desencadenamiento de sucesos a los que no se les pudo sacar todo el jugo y en donde solo se rescatan las actuaciones de Hawke Lena Headey y unas tétricas secuencias producidas por las macabras máscaras de los que operan de “villanos”.

La otra razón de que The Purge pese tanto son los personajes, quienes deciden comportarse como completos idiotas y deambular por toda la casa a oscuras y sin objetivo aparente. Max Burkholder y Adelaide Kane son los responsables de que uno se agarre la cabeza, agite sus puños a la pantalla y busque traspasar la pared de celuloide para hacer un poco de justicia por mano propia.

Otro problema de la película es que cada acción de los personajes se ve afectada por la arbitrariedad del realizador. No debe haber muchos otros films que posean protagonistas tan poco naturales como The Purge. Aquí todo es artificial: los personajes se mueven por obligación de un Dios caprichoso e incoherente.

El devenir narrativo juega con la doble moral de una forma engañosa. En varios momentos, DeMonaco nos obliga a querer un destino trágico para gente que puede llegar a ser inocente.

No hay secretos en La Noche de la Expiación: es un relato manipulador, que juega con las sensaciones y pensamientos del espectador. El realizador, insiste con que ésta no es una película de terror pero su crueldad supera incluso a exponentes mucho más gore. Al final ¿Qué tan contradictorio es todo esto?

Termina siendo una gran desilusión ya que si hubiera tomado otro camino más lógico y eficaz a partir del momento “xx logran hacer x cosa” (obviamente no aclaro nada para no dar ningún adelanto para aquellos que aún no la ha visto, aunque ya he dicho mucho) La Noche de la Expiación hubiera sido un gran film, de todas formas y a pesar de todo vale la pena su visión para poder disfrutar de la muy buena primera parte repleta de tensión.

2013-09-30

Publicado por:
Minuto30.com

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