Después de observar como surgieron múltiples candidaturas a la presidencia sin partidos, solo un puñado de notables buscando aval ciudadano, pues con sus firmas muchos depositan la confianza en ellos, para dar solución a esas necesidades y problemas que dejará el nobel de paz. Digo yo, será cuestión de cálculo político o simplemente la tradición partidista pasó a ser figura paracrónica que engrosara los anaqueles en bibliotecas de historia patria.

Queda claro que los colombianos firmamos cualquier papel, sin leer la letra pequeña; o que me diga algunos de los individuos que firmaron las planillas de esos comités promotores de candidatos, ¿por qué dio su firma?, ¿qué lo cautivo?; quizá fueron ¿las bandas papayeras?, ¿boletas a partidos de la selección?, ¿una sonrisa?, ¿la trayectoria del candidato?, ¿un calvazo?, o tal vez ¿esa típica palmadita en la espalda?

Veo con preocupación que estas elecciones van sin propósitos, sin objetivos puntuales, yo me pregunto ¿qué carajos es lo que propone cada candidato presidencial? pues hoy estamos a seis meses de tener nuevo presidente y realmente no encuentro propuesta alguna.

Esta campaña está dejando el sin sabor que no se propone nada, donde están los estadistas que se suponen deben tener en la cabeza, ya su hoja de ruta para llegar a la casa de Nariño; recordemos que cuatro años se pasan volando y ya no habrá reelección; entonces ¿qué harán con la justicia, la reformaran? ¿Será necesaria una vigésima reforma tributaria? ¿Cómo transformar el caótico sistema de salud? el populismo clásico de reducir impuestos, en mi opinión, tendrá que venir acompañada de una verdadera reducción del gasto público; ¿piensan hacerlo señores presidenciables? o consideran necesario mantener todo ese botín burocrático que les dejaran, continuando así por la senda de la francachela y comilona…

Me angustia seguir viendo personajes sin vergüenzas hablando de generar una gran transformación del país, ¿qué harán ahora? si como ejecutores y ordenadores del gasto, lo único que dejaron cuando tuvieron la oportunidad de transformar las principales ciudades fue volverlas fiscalmente vulnerables desbordando los límites de gatos de funcionamiento y el peor de los casos «humanizándolas» al bordo del colapso sanitario.

Yo hago una invitación a todos esos candidatos de partidos políticos, de coaliciones, de mangualas sin sustento ideológico y aquellos que en mayo aparecerán en el tarjetón presidencial, a que intervengan en medios de comunicación no solo a tirarse aguas sucias, sino a proponer soluciones a los problemas que aquejan a los colombianos de a pie, a los empresarios, a los campesinos perjudicados por la falta de mantenimiento de las vías terciarias pero afectados también por la privación de inversión real en el agro, a los jóvenes que ven como sus sueños se truncan bien sea por estar sobre calificados o por no tener acceso a educación de calidad que les garantice no engrosar las filas de la informalidad rampante.

Quisiera terminar diciéndole al colombiano de a pie, ese que solo visitan cada cuatro años que por nuestro bien, elijamos un presidente serio, concreto, claro y fuerte; sin tibieza en sus posturas, que nos permita cumplir los propósitos del año nuevo.

@MarioFX_

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Redacción Minuto30

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