El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó este sábado en Londres que los casi 400.000 documentos secretos de las fuerzas estadounidenses filtrados en las últimas horas por su página de internet muestran la «verdad» sobre la guerra de Irak.

AFP PHOTO / Leon Neal

«Esta divulgación es sobre la verdad», dijo en rueda de prensa Assange, que también es el redactor jefe de la página especializada en filtrar documentos de inteligencia.

«Esperamos corregir parte del ataque a la verdad que ocurrió antes de la guerra, durante la guerra y que ha continuado desde que ésta terminó oficialmente» el 31 de agosto pasado, con el fin de las operaciones de combate de las tropas estadounidenses en ese país, agregó el australiano nacido en 1971.

Los documentos difundidos la noche del viernes revelan principalmente que las autoridades estadounidenses hicieron la vista gorda sobre las torturas sistemáticas cometidas por las fuerzas iraquíes y ocultaron los balances de víctimas civiles de la guerra que comenzó en marzo de 2003.

Assange, que compareció ante los periodistas con otros responsables de la página especializada, precisó que el examen de los informes recopilados por el ejército estadounidense permitía tener «un balance detallado de unos 109.000 muertos, entre ellos 66.000 civiles».

El portavoz de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, anunció por su parte la próxima difusión de los 15.000 nuevos documentos militares estadounidenses sobre la guerra de Afganistán prometidos el pasado verano.

«WikiLeaks sólo ha usado un informe de cada seis de todos los documentos relativos a Afganistán (…) Los informes van a salir pronto», precisó.

La página especializada ya había difundido en julio los primeros 77.000 documentos sobre la guerra en el país centroasiático. Estos documentos, que revelaban detalles sobre víctimas civiles y supuestos vínculos entre Pakistán y los talibanes, enfurecieron a Estados Unidos.

El Pentágono había advertido nuevamente el viernes que las anticipadas nuevas revelaciónes podían representar una «amenaza para las tropas (norteamericanas) o los iraquíes que cooperan con Estados Unidos».

Sin entrar en detalles sobre las nuevas revelaciones, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton condenó también «en los términos más claros» las filtraciones que «pueden poner en peligro la vida de estadounidenses, o de sus aliados».

Más de 50.000 soldados estadounidenses seguirán todavía desplegados en Irak hasta finales de 2011, para labores de apoyo y entrenamiento.

Los nuevos documentos, que cubren el período que va del 1 de enero de 2004 al 31 de diciembre de 2009 y pudieron ser estudiados durante días por la cadena de televisión árabe Al Jazeera y otros medios seleccionados, constituyen según Wikileaks «la filtración más masivas de toda la historia del ejército estadounidense».

Además de mostrar que el ejército estadounidense «no hizo nada» para impedir las torturas cometidas por los iraquíes, los documentos denuncian «numerosos casos de crímenes de guerra» cometidos por las fuerzas estadounidenses, como «la muerte de personas que trataban de rendirse», siempre según WikiLeaks.

En la primera reacción oficial tras su publicación, el ministerio iraquí de Derechos Humanos dijo que los documentos «no han sido una sorpresa».

«Ya habíamos mencionado varios de los hechos citados, incluido lo que pasó en la cárcel de Abu Graib, al igual que otros casos en los que están implicadas las fuerzas estadounidenses», dijo a la AFP el portavoz del ministerio, Kamel al Amin, quien se negó a comentar en cambio los actos de violencia cometidos por las fuerzas de su país.

La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional instó a Estados Unidos a investigar las acusaciones, lo mismo que el relator especial de la ONU sobre la tortura, Manfred Nowak.

«La administración (del presidente norteamericano Baarack) Obama tiene la obligación, cuando surgen acusaciones serias de tortura contra cualquier responsable estadounidense, de investigar y sacar las consecuencias … Esas personas deberían ser procesadas», declaró Nowak en la radio BBC.

Este reconoció sin embargo que sólo podría tratarse de una investigación estadounidense al no reconocer Estados Unidos la Corte Penal Internacional (CPI).

LONDRES, 23 octubre 2010 (AFP)

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Redacción Minuto30

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