«Chévere, superespecial que el metrocable vuelva a funcionar desde el martes». Así reaccionó Marino Rueda Machado cuando este diario le informó ayer, que las cabinas del sistema de transporte masivo volverían a volar hoy sobre los barrios de la comuna 13, diez días antes de lo que estaba programado.

Marino es uno de los 7.500 pasajeros habituales del metrocable de occidente, que durante cinco días y medio tuvo que cargar con sobrecostos en el transporte.

Él vive desde hace 30 años en Juan XXIII. Cuando las cabinas voladoras funcionan, él, su esposa y sus dos hijos gastan en pasajes 16.000 pesos diarios. Dicha suma se les incrementó en 5.200 pesos diarios, desde que las balas de grupos irregulares impactaron piezas sensibles del metrocable, lo cual obligó al Metro de Medellín a suspender el servicio durante un tiempo estimado en 15 días.

«Con esos 5.200 pesos adicionales, contó Marino, puedo comprar una libra de carne, cinco libras de arroz, tres bolsas de leche. Es que nosotros vivimos a una cuadra de la estación del metrocable y montamos en bus es por las últimas».

Cuando el sistema opera como un relojito, este conductor de una fábrica de confecciones tarda 20 minutos en llegar al trabajo, un tiempo que se le había convertido en 40 minutos por la parálisis del metrocable.

Para Álvaro Fernández, quien labora en una firma de aire acondicionado, el traumatismo era peor. La falta del metrocable significaba para él tener que madrugar, no a las 5:00 a.m., sino a las 4:00 a.m.; gastar 2.000 pesos adicionales en buses; y hacer una larga fila para tomar el colectivo, que le quitaba hasta 40 minutos.

«El sistema hace mucha falta», anota su amigo, William Arango, que por estar desempleado es viajero ocasional del metrocable.

Lo que ellos, y los 7.500 pasajeros frecuentes, perdieron en estos días no lo van a recuperar. El Metro de Medellín también fue un paganini. Su gerente, Ramiro Márquez, reportó gastos y pérdidas de 325 millones de pesos para la organización.

Dicha suma se descompone en 200 millones de pesos que costaron las reparaciones y la traída de los expertos europeos que lideraron un grupo de 32 personas que el domingo, en la noche, tuvieron a punto el sistema, para que el lunes se hicieran las pruebas que garanticen un seguro servicio.

Los restantes 125 millones es el lucro cesante, al no poder vender los tiquetes para los 15.000 viajes diarios que hace el metrocable.

Según lo previsto, el servicio debió reanudarse a las 4:30 a.m. de hoy.

Ahora solo falta que los actores ilegales no vuelvan a atentar contra el sistema.

Vía ElColombiano.com
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Redacción Minuto30

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