Eliana Katherine Gómez Mejía.

Pese a que Colombia se concibe como un Estado social y democrático de derecho, mucho nos falta aún para como nación alcanzar ese estatus.

Eliana Katherine Gómez Mejía.

Eliana Katherine Gómez Mejía.

La participación política se convierte en un punto de partida fundamental para el fortalecimiento tanto de las instituciones, así como para la implementación de políticas públicas y asignación de recursos que permitan alcanzar los fines del Estado, que aún hoy la República se queda corta para con sus ciudadanos.

En época electoral, es un secreto a voces que la reinan las prebendas, los sancochos, y cantidad de actos que como consecuencia hacen que “x” o “y” político aceite la maquinaria y saque cierta cantidad de votos, unos votos que bien aceitados son fijos, se les asigna transporte y refrigerio y se cumple con el cometido, depositar el sufragio, pero y ¿dónde queda la soberanía popular, en un plato de sancocho?

Difícilmente se puede hablar de renovación política, en un sistema electoral, donde los electores son los mismos y pese al inconformismo social, los dignatarios casi siempre son los mismos, o del mismo grupúsculo y así, y si a eso le sumamos que el voto preferente personificó la política, donde ya el elector ni siquiera vota por el partido de su preferencia sino por el que más le dé o le prometa…

[pullquote]El voto obligatorio se convierte sin duda alguna en una opción para salvaguardar la democracia…[/pullquote]El voto obligatorio se convierte sin duda alguna en una opción para salvaguardar la democracia, máxime cuando los índices de abstención son alarmantes, bien se podría decir que nuestros gobernantes, -en su mayoría- cuentan con la legalidad más no con la legitimidad que debería otorgar mayoritariamente el porcentaje de todos quienes estén habilitados para votar: jóvenes, mujeres y hombres.

Es un presupuesto constitucional que el ejercicio pleno de la ciudadanía se personifica al ejercitar el derecho al voto, no obstante, este también se concibe como deber, el cual finalmente no termina siendo más que un canto a la bandera.

Quienes arguyen que falta cultura política para implementar este sistema en el país, se quedan cortos en el argumento, pues carencia de cultura política es votar por un tamal, así entonces, el voto obligatorio se constituye además en un reto para la clase dirigente y el Estado; para la clase dirigente en el sentido de que tiene que convencer más con el discurso y llegar a otros sectores, y para el Estado en el sentido de que debe avanzar en el sistema de garantías electorales, y porqué no llegar al punto de la financiación estatal de las campañas políticas, así mujeres y hombres competirían en igualdad de condiciones.

Con esta iniciativa transitoria, en la reforma de “equilibrio de poderes” está también la plausible posibilidad de retomar el sistema de lista cerrada implementando el método cremallera que le da mayor posibilidad a la mujer de acceder a cargos de elección popular. Es el reto de los partidos y demás colectividades formar mujeres políticas que puedan ocupar estos espacios y cumplan responsablemente con la función para la cual serán elegidas.

Eliana Katherine Gómez Mejía es sesora en Juventud y Género.
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Redacción Minuto30

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