El primero de diciembre de 1957 fue un día histórico para la mujer colombiana, por primera vez en la historia, como ciudadana reconocida, ejerció el derecho al voto.

La conquista del voto femenino en Colombia fue lenta, complicada y llena de altibajos, aunque narran varios historiadores que para 1853 la Constitución de la Provincia de Vélez, consagraba que las mujeres podían sufragar, en este sentido, de acuerdo a la Registraduría, hubo unas elecciones el 20 de marzo de ese año, donde solo una mujer de acercó a votar.

Ahora bien, para llegar al acto legislativo 03 de 1954, que reconoció el derecho al voto femenino, hubo que transitar por un largo camino, lleno de trabas y oposiciones, pasando desde el reconocimiento de los derechos civiles de la mujer casada en 1932, hasta el acceso al trabajo y la educación, no solo a la básica primaria, sino también a la educación universitaria; esto gracias a la lucha constante y persistente del movimiento social de mujeres, que pese a la adversidad, y no tener eco en innumerables veces en las altas esferas del gobierno, nunca desistió de su firme propósito, el reconocimiento pleno de los derechos de las mujeres.

Para 1955, gracias al acto legislativo 03 del 54, el Estado Colombiano concedió la ciudadanía a las mujeres; en este punto, vale la pena hacer mención de que para el siglo XIX las mujeres carecían de representación legal, la cual, bajo el argumento del carácter débil y el escaso o nulo razonamiento, era ejercida por sus padres y una vez casadas, por sus maridos; quienes a su vez asumían la administración de sus bienes, dejando a las mujeres sin facultad de decidir libremente.

En la medida en que la mujer comienza a formarse, estudiar y trabajar, reconoce que nuestro papel en la sociedad trasciende a los límites de la familia o el hogar y empieza a exigir el reconocimiento de los derechos, que por fortuna, disfrutamos en este siglo.

Retomando, el ejercicio de la primera participación de la mujer en la vida democrática del país, se dio en el marco del plebiscito en 1957, el cual ratificó que a partir de este momento la mujer tendría los mismos derechos políticos que el varón y a su vez dio vida al frente nacional.

Desde entonces, la participación política de la mujer ha ido en ascenso en los cargos de elección popular, mientras que para 1958 era de un 3% al 2015 fue del 22,24%, no obstante, resulta imprescindible poner el acelerador a la democracia paritaria y a una igualdad, no de palabras, sino sustantiva y llenar de contenido los principios constitucionales de paridad, alternancia y universalidad, en desarrollo del acto legislativo 02 de 2015, ya tenemos ejemplos en la región, donde actualmente seis países han promulgado la paridad; Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, México y Argentina; y otras latitudes vemos a Francia, Túnez y Senegal.

Somos un poco más de la mitad de la población colombiana, (50,78%), una cuota de género no es garantía de la participación real de las mujeres, sin nosotras, la democracia está incompleta.

@ElianaGomez

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Redacción Minuto30

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