La expatinadora Sarah Abitbol (i). EFE/EPA/PASCAL LAUENER/Archivo

La Fiscalía francesa investigará el escándalo de presuntos abusos sexuales y violaciones denunciados en estructuras federativas del patinaje artístico del país, mientras en otros deportes comienzan a aflorar otros testimonios de agresiones.

El fiscal de París, Rémy Heitz, anunció este martes en un comunicado la apertura de un procedimiento a raíz de la publicación del libro de la expatinadora Sarah Abitbol, en el que denunciaba haber sido violada por su entrenador Gilles Beyer.

Los hechos descritos por Abitbol sucedieron a principios de los años 90 y, por tanto, han prescrito penalmente, pero el fiscal asegura que se buscarán «otras víctimas que hayan podido sufrir infracciones de la misma naturaleza».

Muestra de que el libro de la expatinadora, bronce en los mundiales de 2000, puede romper el muro de silencio que existe en el deporte francés.

Según el diario «Le Parisien», desde su salida en librerías a finales del mes pasado, el número de alertas que han llegado al Ministerio de Deportes por abusos sexuales ha subido «a un ritmo inquietante».

La investigación de la Fiscalía y su búsqueda de nuevos casos puede afectar a otros deportes.

La propia Abitbol consideró este martes en la televisión «BFMTV» que la apertura de la investigación gracias a su libro es «una buena noticia» que puede dar sentido a su denuncia.

La expatinadora insistió en que las responsabilidades no pueden limitarse solo a su entrenador, que ha reconocido haber tenido con ella «relaciones íntimas» que califica de «inapropiadas» al tratarse de una menor que estaba bajo su tutela.

Los hechos tuvieron lugar cuando la deportista tenía entre 15 y 17 años y pese a sus quejas entonces no se tradujeron en consecuencias para Beyer, que siguió ocupando puestos importantes en la Federación.

Por eso, Abitbol apunta en dirección de su presidente, Didier Gailhaguet, en el punto de mira del Ministerio de Deportes, cuya titular, Roxana Maracineanu, exigió el lunes su dimisión y amenazó con quitar a la Federación sus atribuciones oficiales si no lo aparta del cargo.

Para la expatinadora, es «imposible que no supiera lo que pasaba, que no supiera que ese hombre (en referencia a Beyer) era peligroso. Y, sin embargo, le mantuvo».

Otros deportistas también aseguran que Gailhaguet conocía el comportamiento del entrenador y no le apartó de sus funciones pese a que incluso el Ministerio de Deportes de entonces le quitó el título de entrenador nacional por las denuncias presentadas contra él.

La titular de ese departamento entre 1997 y 2002 era la comunista Marie-George Buffet, que ahora sostiene que acudieron a la justicia pero que entonces la Fiscalía no tenía la misma sensibilidad que actualmente ante las denuncias de abusos sexuales.

Gailhaguet, por su parte, se defendió de las acusaciones y aseguró que su Federación no tenía poder para llevar a cabo investigaciones que le permitieran actuar.

Lo cierto es que desde su puesto de presidente, lejos de apartar a los entrenadores sospechosos, les dio puestos de relevancia, según los medios.

Gailhaguet reconoce haber podido cometer «errores» pero «no delitos» y en las próximas horas reunirá a sus instancias federativas para analizar la situación creada por la amenaza de suspensión de funciones lanzada por la ministra.

El diario «L’Équipe» publicaba el pasado día 29 varios testimonios de deportistas que denunciaban haber sufrido violencia sexual de entrenadores.

Entre ellas figuraban las patinadoras Hélène Godard, Béatrice Dumur y Anne Bruneteaux, pero también aparecían nadadoras como Élisabeth Douet, Frédérique Weber e Isabelle Chaussalet, o la extenista Isabelle Demongeot, que en 2014 contribuyó a la condena de su antiguo entrenador.

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Redacción Minuto30

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