Villavicencio espera al papa para “primerear” hacia la reconciliación

Ambiente previo a visita del papa Francisco en Villavicencio

La ciudad de Villavicencio representa el conflicto armado que ha vivido Colombia: en los Llanos Orientales que comienzan en esta urbe combatieron paramilitares y guerrilleros durante décadas y ahora esperan al papa Francisco para “primerear” por la reconciliación.

“Jesús nos dice que debemos perdonar los pecados y a quienes nos han ofendido, no esperar a perdonar al que me pide perdón, eso significa dar el primer paso, es una palabra del papa Francisco; ‘primerear’, tomar la iniciativa”, dijo a Efe el padre Carlos Villabón, delegado de las comunicaciones de la Arquidiócesis de Villavicencio, capital del departamento del Meta (centro).

El pontífice, un latinoamericano orgulloso de su origen, ha nombrado su visita como “Demos el primer paso” y en la ciudad que es la puerta de los Llanos Orientales dirá a los colombianos en su lengua que “primereen” en el camino hacia la paz y la reconciliación.

Será el viernes, cuando Francisco tendrá varios actos en los que se dirigirá a las víctimas del conflicto junto a varios victimarios y les pedirá que den el primer paso, que hagan ese primer gesto para la construcción de la paz a partir de la reconciliación.

“Tengo siempre presente que así como ha sido largo el proceso de guerra también tendrá que ser no inmediato, sino paulatino el proceso de reconciliación porque la reconciliación no es obligar a la gente a que se reconcilie, es dar el primer paso libremente”, señaló Villabón.

Para el sacerdote hay un “ejemplo claro” en que “el primer paso es fundamental: “Cuando somos niños, aprendemos a caminar en el primer día, también lo vivimos en el primer día de escuela o de universidad, hasta para ponerse la camisa”.

Por eso, Villabón considera que en Colombia “hay una tarea por hacer” que es “como en un triángulo: la reconciliación con Dios, como colombianos y la reconciliación con la creación”.

Para “primerear” se prepara Villavicencio y su catedral, donde desde lo más alto han descolgado pendones con el rostro del santo padre junto a un eslogan que reza: “El Meta también da el primer paso”.

La actividad es frenética y todos los que rodean la zona parecen trabajar para que todo esté listo y que Francisco encuentre una Villavicencio de punta en blanco.

Frente a la catedral Nuestra Señora del Carmen, apuran su tiempo los vendedores de recuerdos, especialmente quienes ofrecen los kits diseñados ex profeso para atender a los actos del papa.

Todos ellos incluyen elementos para combatir las veleidades climáticas como gorras contra el sol que hoy brilla y ponchos para la lluvia que, según los pronósticos, caerá el viernes.

También en la plaza que circunda la catedral, en pleno centro de la ciudad, se multiplica la actividad mientras la gente se saca fotos con una reproducción a tamaño natural de Francisco o compra monedas y medallas con su efigie.

Y el mensaje tiene impacto: “Yo creería que su mensaje puede calar, hay mucha gente que puede entender que la venida de él puede ser algo en cambio hacia la paz, de reconciliación, pero se hace de a poco”, dijo a Efe Brayan Rodríguez que se define como “100 % llanero”.

“Los cambios que se están haciendo son muy drásticos”, señala Rodríguez.

También se acumulan quienes han venido de otras ciudades y están emocionados ante la posibilidad de ver de cerca al jerarca de la Iglesia católica.

Es el caso de Fernando Fandiño, que ha llegado de Cali y confiesa que “son muy pocas las ocasiones de ver al papa y más en países” latinoamericanos.

“Es el enviado de Dios y creemos que ayuda a esta humanidad, sobre todo en este país con tantos conflictos. (Esperamos) que le enseñe al corazón (de los colombianos) lo que él siempre promulga, amor y mucho amor”, destacó.

Más contundente se muestra su primo, Edgar Alejandro Cruz, quien sacia la sed del día con un refresco y explica que a sus 47 años quiere “ver a alguien que ha sido un referente histórico y moral”.

“Siento que me va a ayudar por lo menos a reconfortarme en mí corazón y en mi espíritu”, añade.

Y apuntala: “Esto para Colombia es todo un reconocimiento, porque el país merece que alguien de esa magnitud espiritual nos enseñe a reflexionar acerca de la violencia que hemos vivido”.

Una mujer observa artículos alusivos a la visita del papa Francisco hoy, miércoles 6 de septiembre de 2017, en Villavicencio (Colombia).

EFE