
Hace algunos años, otra turista sufrió un accidente parecido, pero ella sobrevivió/ Captura tomada de Youtube: Johann Pidoux
Según medios internacionales, la famosa isla de Sint Maarten, la misma que pertenece a Francia y Países Bajos, que está ubicada en el Caribe, es tan pequeña que apenas tiene espacio para un aeropuerto internacional.
Por tal razón, la pista principal del aeropuerto Princesa Juliana empieza a pocos metros del mar, y está junto a una playa.
Cientos de turistas diariamente van a la diminuta playa conocida como Maho Beach, para tener la experiencia extrema que ofrece el espacio: pararse tras un avión que está a punto de despegar. El reto entonces es resistir las fuertes ráfagas de aire que expiden de las turbinas.
Aunque hayan riesgos, se ha vuelto normal ver a los turistas ubicados detrás las aeronaves.
Los menos arriesgados, se paran en la orilla del mar, que como consecuencia de la caída, los lleva al agua, pero los otros, se toman de las rejas que delimitan con el aeropuerto e intentan aferrarse a ellas.
El problema es que detrás de ellos no hay agua ni arena, hay pavimento.
Una neolandeza de 57 años estaba ahí en pie el pasado miércoles junto a su familia.
La ráfaga de un Boeing 737 que partía del aeropuerto fue tan fuerte, que la turista no logró mantenerse aferrada de la reja y cayó al suelo, golpeó su cabeza contra el cemento y tras horas en el hospital, murió.
Hace algunos años, una turista sufrió el mismo accidente, pero ella sobrevivió
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