Cuando James Rodríguez se acercaba para abrir la puerta, Daniela Ospina y su hija Salomé lo esperaban en silencio tras ella.
Una vez el jugador colombiano del Bayern Munich la abrió, su pequeña hija, que estaba bajo una chaqueta amarilla, lanzó la prenda al suelo y corrió a los brazos de su papá mientras su mamá grababa el emotivo momento.
«Mi amor, cómo está mi muñeca», se le oye decir al 10 de la Selección Colombia mientras toma a su hija para cargarla.