A la izquierda XXX antes del intento de suicidio y a la derecha, su donante Sandra Bennington

Su cara quedó destruida cuando, con apenas 18 años, ella misma se propinó un impacto con arma de fuego. Pero ahora, Katie Stubblefield, después de su intento de suicidio causa revuelo por ser parte de un procedimiento que ayudará a muchos soldados heridos en guerra, un transplante de cara.

A Katie le salvaron la vida en el hospital después de intentar suicidarse, pero con el intento, la joven perdió la mayor parte de su cara causando, incluso, daños cerebrales. Ahora Stubblefield con 22 años se convirtió en la persona más joven en recibir un transplante de cara, y compartió las imágenes de los años de su cirugía reconstructiva con la revista National Geographic.

Esta es la imagen de portada de la revista en la edición del próximo septiembre que contempló la historia de Katie. En la publicación de Twitter se expresa «La historia de nuestra nueva portada puede ser difícil de mirar, pero la historia de Katie es increíble y profunda»:

Además de ser contada en la revista, esta cirugía de 31 horas y 3 cirugías más de revisión, fue contada en un documental online.

Esta cirugía todavía es experimental, por lo que los seguros de Estados Unidos no la cubren. Fue por el Instituto de Medicina Regenerativa de las Fuerzas Armadas que la segunda oportunidad de Katie pudo ser financiada. Esta institución lo hizo en pro de mejorar el tratamiento del personal militar que se lesiona en la guerra.

Katie era muy opcionada para ser la beneficiaria de esta financiación dada la causa de la destrucción de su cara. La bala destruyó gran parte de su cara incluyendo su nariz, frente, mandíbula y ojos, además de los daños cerebrales.

Antes del transplante de cara, Katie había tenido 22 cirugías reconstructivas, incluyendo una impresión 3D para la reconstrucción de su mandíbula.

En mayo del 2017, después de un año en lista y dos inconvenientes con donantes, Katie tuvo su procedimiento gracias a Sandra Bennington, una mujer de 31 años que murió en el 2017 por una sobredosis y cuya abuela autorizó dicha donación.

A la izquierda Katie Stubblefield antes del intento de suicidio y a la derecha, su donante Sandra Bennington

Aunque Katie no puede recordar mucho del antes de su intento de suicidio, la joven tenía luchas emocionales respecto a continuar con su vida dado el término de una relación sentimental que fracasó y una enfermedad gastrointestinal crónica.

Vea la imagen del transplante de cara recién realizado:

Vía National Geographic

Vía National Geographic

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