Debajo del auto pretendían esconderse de los golpes que los ciudadanos le propinaban a dos ladrones, pero nada lograron pues en el hospital terminaron.
Ocurrió en la Ciudad de México donde la cantidad de hurtos que se cometen a diario son incontables.
Los ciudadanos parecen haber perdido la paciencia, y cientos de casos como este son documentados a diario por la comunidad.
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