¿Venezuela: el país de los pobres felices? Por: Gustavo Coronel

La empresa Fortuny Asociados, organización pequeña pero con gente bastante profesional, acaba de publicar una encuesta llamada: Venezuela: El país de los pobres felices. El título no refleja fielmente el contenido de la encuesta, la cual no indica felicidad en los pobres sino, a lo sumo, un sentimiento de menor pesimismo que el que priva entre las clases media y alta del país.  No hay real optimismo ni demostraciones de verdadera felicidad entre los venezolanos sobre la situación actual del país.

Gustavo Coronel

La empresa dice lo siguiente, al inicio del documento: “Hemos venido desarrollando la tesis conforme a la cual las políticas económicas y sociales del gobierno han  estado más orientadas a mejorar la calidad de vida de los  estratos más necesitados del país, en vez de procurar la  reducción de la pobreza. Representando el estrato “E”  poco más de la mitad del país, su comportamiento  termina siendo decisivo en la opinión pública…”.

Este es un párrafo un tanto extraño, puesto que sugiere que los pobres pueden tener calidad de vida dentro de la pobreza. Evidentemente la empresa piensa en calidad de vida como equivalente a más dinero en el bolsillo, más subsidios, más ayuda del estado. Pero esto no es calidad de vida en su sentido más preciso, la cual abarcaría la posesión de empleo estable, seguridad ciudadana, buena salud, buena educación y el disfrute del estado de derecho, nada de lo cual está realmente presente en la Venezuela de hoy.

La encuesta agrega que el pobre venezolano tiene hábitos de consumo que no se corresponde con su nivel de ingresos. Es decir, el pobre venezolano actual gasta más de lo que gana, en aire acondicionado, televisión, computadoras, lavadoras etc. Claro, esto siempre ha sido así pero ahora es más pronunciado, debido al programa de subsidios y dádivas que el gobierno ha estructurado para los pobres.

El documento de la empresa agrega: “ Con respecto al entorno del país, aunque los pobres califican la situación actual como negativa, sí destaca el hecho de que éstos se muestran relativamente “más optimistas” que el resto de la  muestra, muy probablemente por estar más concentrados los afectos al gobierno en este estrato  socioeconómico. Es llamativo también que el tema del desarme de los colectivos es relativamente  menos importante para ellos (a pesar de convivir con ellos), así como el desabastecimiento es más  relevante que la inflación….

“. Este párrafo muestra el sentido cortoplacista que impera entre la clase pobre venezolana. Para nuestros pobres lo fundamental es asegurarse la gratificación hoy, puesto que el mañana no ha llegado y lo que pasó ya pasó. Ello explica ese sentimiento de relativo “optimismo” del pobre, en comparación con quienes piensan en el futuro y tienen un plan de vida.

Algunos resultados de la encuesta demuestran que los pobres estan lejos de sentirse felices. Por ejemplo, el 67% de los pobres dice que “la situación del país no se aguanta” y un 53% dice que 2014 será peor que el 2013. Solo un 12% de los pobres se muestra optimista acerca del futuro mientras que un 64% lo ve como preocupante a inestable o desastroso. Para el 73% de los pobres la inseguridad personal es el mayor problema del país, seguido del alto costo de la vida (64%), y el desabastecimiento (69%).  Un 43% dice que se identifican con la lucha de los estudiantes, lo cual contrasta con la tesis de Capriles que dice que los pobres no apoyan la salida. El 50% de los pobres pide un cambio de gobierno y el 72% responsabiliza al gobierno, no a la oposición, por la mala situación del país.

Este documento no presenta a los pobres de Venezuela como seres felices sino que, a lo sumo,  refleja el impacto que las dádivas del gobierno han tenido sobre los pobres, haciéndoles creer por un buen período de tiempo que estaban “relativamente” bien. A medida que el gobierno ha tenido problemas para continuar con su lluvia de real, en esa medida los pobres se le han ido alejando. Lo que pudo haber sido felicidad en un momento, cuando Chávez y el dinero petrolero estaban en su apogeo, ha sido reemplazado por una progresiva resignación y desconsuelo.

Y este sentimiento va en aumento y parece ser irreversible. De allí que el régimen vaya camino a la implosión. Hay que ayudarlo!