La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Ciudadana realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas en 2009 revela que el secuestro es un delito cada vez más común y frecuente en Venezuela.
El sondeo indica que entre julio de 2008 y julio de 2009 hubo 16.917 víctimas. Una cifra sin precedentes, que incluye las modalidades de secuestro express y tradicional.
El trabajo de campo se llevó a cabo en todas las regiones del país en agosto y noviembre de 2009, con la participación de 119 empleados del INE. La data recolectada fue tan abundante que el informe técnico de 279 páginas fue presentado a miembros del gabinete de Gobierno 6 meses después, en mayo de este año.
De acuerdo con el calculo de la encuesta, en el país hay aproximadamente 2 plagios cada hora y 46 casos todos los días. Las cifras que tenía el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia eran de 537 secuestros conocidos en 2008 y 795 el año siguiente, para un total de 1.332 expedientes.
Esto quiere decir que los números oficiales son apenas 7% del total establecido en esa encuesta de hogares. En otros términos, por cada secuestro reportado habría al menos 9 desconocidos. La encuesta, además, reporta que 38% de las víctimas dijo que no había denunciado el hecho.
Se mudó al barrio
Los resultados del sondeo ratifican la tesis planteadas por algunos expertos en los últimos años: el secuestro dejó de ser un delito propio de las zonas rurales o fronterizas, y se instaló en las ciudades, incluso del centro del país. 90,4% de los plagios (15.299) ocurre en las zonas no fronterizas, mientras que sólo 9,6% sucede en Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, estados fronterizos con Colombia.
En la frontera, sin embargo, el miedo de las víctimas de secuestro y sus familiares es mucho mayor que en el resto del país. En esas regiones, 54,3% de los entrevistados admitió que no había acudido a las autoridades. En el resto del territorio venezolanos, 53,5% de los afectados sí denunció.
El estrato socioeconómico al que pertenecen las víctimas también ha variado. Para 2009, 70% de los secuestrados pertenece a los estratos sociales III y IV. En otros términos, son personas de clase media o mediabaja. Las víctimas de clase alta representan 2% de los casos.
En 61,7% de los casos la víctima fue privada de su libertad por los secuestradores en los alrededores de su barrio o urbanización o en un sitio de la misma parroquia. Otro 20,7% de los plagios ocurrió en otra parroquia, y 12,1% en un municipio distinto al ámbito de residencia.
Aunque el porcentaje de secuestrados que reportó no haber recibido asistencia estatal resulta elevado, el promedio nacional, según el estudio indica que 81,7% de las víctimas no respondió o no sabe cómo calificar el apoyo dado por las instituciones del Estado. Esto podría indicar una omisión reiterada y generalizada en las instituciones públicas en cuanto a la atención de las personas afectadas por la inseguridad.
61,3% de los entrevistados víctimas de secuestro señaló que no había recibido asistencia de alguna institución del Estado. En cambio, 25,7% calificó la ayuda como muy apropiada.
En la mayoría de los casos (69,2%) las víctimas se abstuvieron de indicar si habían pagado rescate.
Express preferido
La encuesta de victimización determinó que 82,3% de los casos de plagios duraron máximo un día, por lo que pueden ser calificados como secuestros express.
En 6,18% de los casos las personas permanecieron cautivas entre una semana y dos semanas. En otro 6% la duración fue de dos semanas a un mes, y en 5,1% el cautiverio se prolongó hasta por un año. Aunque se registran plagios con más de un año de duración, esto no quiere decir que no los haya. Cifras de la Federación Nacional de Ganaderos indican que 26 personas tienen más de un año en poder de secuestradores.
En los primeros ocho gobiernos de la era democrática las principales víctimas de secuestro eran ganaderos, industriales o personas afamadas.
La mayoría de las víctimas identificaron a sus captores como integrantes del hampa común (76,9%), mientras que 15,7% le atribuyó el hecho a bandas delictivas. En 1,8% de los casos fueron señalados funcionarios de los cuerpos de seguridad. Los grupos guerrilleros y paramilitares no fueron responsabilizados.
Sin embargo, en el secuestro del banquero Germán García Velutini ocurrido en el lapso incluido en el estudio del INE, expertos e investigadores policiales asegura que hubo participación de las FARC.
Vía El-Nacional.com