En muchas ocasiones el asistir a las salas de cine es una cuestión que lo hacemos por recomendaciones, por el nombre de la película o esta vez, como me pasó a mí, simplemente por los resultados de los Premios Óscar.

Sala-Cinéfila appEsta premiada cinta (mejor película, guion, y actriz secundaria) adapta una terrible historia real, es un film más esclavos sin ninguna novedad. Muy bien actuada, muy bien ambientada, pero es lo mismo que venimos viendo desde hace años, tiene el gancho que atrae al público, con una adaptación de una novela fundada en memorias de hechos de la esclavitud y esta vez el director Steven McQueen aborda el conflicto y su contexto histórico diferente a las demás producciones que se ha hecho de este libro.

Una película redonda en todo sentido, partiendo de la base que está basada en hechos reales y conocemos de antemano con qué nos vamos a encontrar en la pantalla. Es fría, a ratos casi mecánica, porque hay mucha rabia contenida en el relato (es una adaptación de una autobiografía del propio Solomon Northup).

Con un tema ya demasiado contado, tiene que ser muy original para no caer en lo obvio y ésta no es la excepción, pues en otras películas, esta temática me ha conmovida mucho más; aun así, es durísima, tiene un par de escenas que no voy a poder olvidar por lo crudas e intensas. Muy bien dirigida, con un ritmo muy peculiar, lento, pero sólido, reflejado en planos de cámara extensos pero bien justificados y con actuaciones formidables de varios de sus protagonistas, que se encontraron con la enorme responsabilidad de llevar esta historia al cine

Hay que destacar la salvaje fotografía y sin la nominación de la Academia en esta categoría.  Buen acompañamiento y edición de sonido de la banda sonora; planos estáticos bellos y espeluznantes a un tiempo, planos secuencia increíbles en su intensidad y desarrollo, planos enfocados a demostrar la diabólica trivialidad con la que el hombre blanco, para su vergüenza, ha sido y es capaz de vejar al resto de razas con base a la nada más absoluta.

Muy buena narración, a lo largo de todo el film. Con buenas actuaciones y me quedé también con ganas de ver a algunos personajes más tiempo en pantalla, se les podría haber sacado más jugo. De todas formas, por alguna extraña razón no me pareció la gran película, quizás porque no deja de ser una historia más sobre esclavitud y racismo entra tantas ya contadas. Pero sinceramente no entiendo como quisieron explicar el paso del tiempo. Si la película no se llamara así, podría parecer que estuvo de esclavo unos meses nada más. Un gran error.

La película 12 años de esclavitud, quizás no llega al punto de equilibrio pero su relato es tremendamente poderoso. A medio camino, bastantes películas recientes como Criadas y señoras, una historia claramente desperdiciada por un director no solvente que contó con un reparto excepcional y una historia muy resultona, ésta logra a cabalidad llegar a su cometido, no excelente, pero si buen resultado.

Con todo, es una buena producción sobre el racismo en América, haciendo abstracción del periodo histórico elegido, sigue siendo Arde Mississippi, la obra maestra de Alan Parker estrenada en 1988, que destila inteligencia por todos los poros.

“12 años” básicamente muestra la crueldad de la esclavitud. Inquietante el papel de Michael Fassbender: una interpretación muy buena. Me gustó ver a Benedict Cumberbatch. El film fundamentalmente te hace pensar en los distintos tipos de esclavitud: en la REAL y en la, podríamos decir, simbólica. ¿Es que acaso gran parte de los seres humanos no son esclavos del sistema, de ideologías…etc?

En 12 años de esclavitud, McQueen nos invita no solo a sentir el latigazo, sino en ocasiones también a propinarlo. Nos aguijonea para que demos un paso más y miremos a la maldad en sus diferentes formas, por acción, por omisión ya los ojos desde dentro para que seamos capaces de ponerle rostro e incluso sentimientos.

Un complejo cometido que consigue gracias a ese estilo seco y en ocasiones incómodo y otras herramientas tan preciosas como la deliciosa fotografía, reitero este aspecto porque visualmente es muy buen film, ésta se vuelve a firmar Sean Bobbitt y la excelente, una vez más, música de Hans Zimmer. Sus piezas salpicadas por los cantos de los esclavos componen la excepcional banda sonora de una prodigiosa película.

La odisea vital de Northup y su conversión en el esclavo Platt sublima la evolución formal del cineasta, que propone una espectacular avalancha de imágenes clarísimas, de composiciones de perfección ineludible, despampanantemente presentadas a todos los niveles.

Un canto de horror entre lo explícito y lo sugerido en segundos planos igualmente crudos salpicado de gotas de piedad, impulsado por la esperanza de volver al amor de unos brazos sinceros y conocidos.

Muy duro, sí, y embriagadoramente hermoso. El ritmo que McQueen imprime pasa del brío inicial a una mayor quietud, con la entrada en escena de Michael Fassbender fanático que disfruta aquí de su propia película que puede trabar el ánimo de algunos espectadores, pero que serán los menos; igual que serán los menos quienes vean en la pulcritud técnica de “12 años de esclavitud” una excesiva tendencia a la conmoción y el abuso.

Huelga decir que McQueen, que con su anterior película (Shame) ya apuntaba maneras; dirige con brío y valentía, demostrando todas las tablas y oficio que atesora, y confirmando que es uno de los mejores realizadores en el panorama cinematográfico actual. Me gustó muchos como el director nos introdujo en la una primera hora muy entretenida.

Destaco el trabajo del elenco actoral, tanto de los principales como de los más breves y secundarios. Así en pequeños roles podemos encontrar a Paul Giamatti y Paul Dano, que ambos están realmente espléndidos bordando sus roles de odiosos negreros.

Benedict Cumberbatch, que interpreta al benévolo terrateniente Ford, está realmente bien (lástima que no tenga un rol con más peso); además de Sarah Paulson (vista en la serie «American Horror Story») que realiza una señora despiadada y resentida a partes iguales; y también el pequeño (pero muy importante) rol de Brad Pitt (que también ejerce de productor del filme) y la gran Lupita Nyong’o que saltó a la fama en 2013 gracias a “12 años de esclavitud”  por la que fue aclamada por la crítica y merecedora al Óscar como mejor actriz de reparto.

También encontramos a Michael Fassbender (actor fetiche del director), que está realmente descomunal construyendo al denigrante Edwin Epps. Viendo todo lo que hace este hombre, y la manera que tiene de justificarse (ante Dios porque así está reflejado en la Biblia) me pone realmente enferma y me hace reflexionar en cómo ha sido capaz el ser humano de realizar tales barbaridades contra otros seres humanos, sin ser conscientes de ello.

Todos están bien, pero me encanta el personaje del señor Ford que interpreta Benedict Cumberbatch. Admiro muchas cosas de la cultura, y en la estadounidense pienso cómo es posible tanta abyección y, a la vez, tienes que hacer todos los esfuerzos del mundo no para justificar sino para entender. Es el siempre estremecedor misterio del mal. Y el cine es una herramienta excelente para retratarlo.

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Redacción Minuto30

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