En cada contratiempo o situación
hay una oportunidad para ser feliz.

Mientras continuaba con la gira de mi libro Diciéndole Adiós al Amor de mi Vida en República Dominicana, mi paciencia se puso a prueba. Justo el día que viajamos de regreso a Estados Unidos no pudo llevarnos a tiempo el conductor por una inundación que hizo se retrasara nuestro viaje de la ciudad de Santiago a Santo Domingo. Cuando llegamos al aeropuerto el conductor se equivocó de entrada y estuvo dando vueltas en un estacionamiento. Debido a todo eso no pudimos abordar el avión. Llegamos 10 minutos tarde. Cuando llamamos al taxista para que nos llevara a un hotel en la capital, nos indicó que su vehículo no encendía el motor. Tenía dos opciones, hacer lo que la mayoría de las personas acostumbran: pelear, tener coraje y frustración, o ser feliz ante la circunstancia.

Primero, decidí comerme algo para recuperar energías, pues como soy hipoglicemica me baja la azucar si no como algo cada tres horas. Mientras esperaba por saber del estatus del vehículo del taxista conocí a una señora que se llama Rosa. Ella me contaba que llevaba más de tres décadas trabajando en un puesto de venta de revistas y periódicos en el aeropuerto. Cuando se enteró de lo que me había sucedido me recomendó que nos quedáramos en un hotel en la playa de Boca Chica que queda a menos de 10 minutos del aeropuerto. Esa sugerencia versus el caos del tráfico de la capital, y la distancia, me pareció una excelente idea. Por lo que cancelamos el hotel en la capital y reservamos un hotel frente al mar.

En menos de diez minutos llegamos a Boca Chica, una bella playa con el mar color turquesa. Luego de registrarnos en el hotel fui directo a comerme un delicioso pescado frente al mar. Yo que tenía ese “antojo”, lo pude cumplit. Me dieron un relajante masaje frente al mar. Luego fui al salon a realizarme una pedicura y a peinarme. Cuando terminé de ponerme más bella, me fui a ver las pintorescas tiendas y a comprarme unas cosas preciosas para mi y para llevarle a mi familia. En la noche probé unos deliciosos helados y me acosté temprano a descansar. Ni siquiera me conecté en los medios sociales. Fui feliz, no le di paso al coraje o a la frustración.

En cada contratiempo o situación hay una oportunidad para ser feliz. Mi madre siempre me decía que el éxito es 80% actitud y 20% circunstancia. En ocasiones no nos damos cuenta de cómo vamos por la vida. Depende de nuestra actitud cómo nos enfrentamos a las situaciones cotidianas, como también a los momentos difíciles.

Quise compartir esta anécdota contigo para que en la medida que puedas veas las cosas desde una perspectiva positiva. Sonriele a la vida. No pelees con el conductor que no se mueve en una luz verde. Respira, escucha una bella canción, o un mensaje que te inspire. Disfruta cada minuto de vida. Al final, fruncir el entrecejo envejece y reír rejuvenece.

Tiempo atrás tal vez hubiese perdido la oportunidad de disfrutar un dia maravilloso en ese bello país tropical. Me hubiese enfocado en la tragedia de que me perdi de abordar el avión y no hubiese planificado un día inolvidable. Me tocaba quedarme a descansar luego de tanto trabajo, pues también visite ciertas áreas del país donde voy a vender propiedades. Por eso he aprendido con el paso del tiempo a ser una mujer feliz sin importar las circunstancias. A ver en cada circunstancia positiva o negativa una oportunidad. Te invito a ti que seas una mujer feliz.

La autora es abogada, conferencista internacional, y agente de bienes raíces licenciada en la Florida. Visita su sitio web y registrate: www.latinasempowerment.com
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Redacción Minuto30

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