Generalmente cuando pensamos en tener un descanso en nuestras vidas, miramos que opciones de viajes hay en folletos, revistas y agencias de turismo, pero generalmente no tenemos en cuenta que también ese tiempo libre lo podemos aprovechar para mirar hacia nuestro interior, y realizar un viaje que nos lleve a redescubrir realmente nuestra vida, al encontrar la riqueza más grande que está en nuestro corazón, que es el amor y la paz interior.  Por eso, quiero invitarlas a que hagan un alto en el camino y miren detalladamente hacia donde este trayecto de sus vidas ya recorrido las está llevando. Lo primero  y más importante que deben empezar a hacer, es observar en silencio que tipo de pensamientos están pasando por sus mentes, ya que ellos muchas veces nos llevan a donde nunca imaginamos que podríamos llegar:

Pensamientos negativos

  • Rumiar en el pasado. Son todos aquellos pensamientos negativos con origen en el pasado, pero que al traerlos a la mente se convierten en nuestro presente. Estos pensamientos generan sentimientos que se transforman en resentimientos, pues los volvemos a sentir.
  • Malgastar el futuro. Por estar pensando siempre en lo que pasará no disfrutamos el presente, el aquí y el ahora; nos llenamos de prevención, miedo y temor que paralizan y bloquean la capacidad creativa para tomar decisiones correctas. El momento presente nunca es insoportable. Lo que nos hace desesperar y angustiar es pensar en aquello que nos va a suceder en los próximos cinco minutos, o quizás en las próximas horas, días o años. Por lo tanto hay que reflexionar y, de una vez por todas, dejar de vivir en el futuro.
  • Perderse en las sombras del presente. Se da cuando permitimos que los pensamientos invadan la mente con sentimientos destructivos, cuando jugamos el papel de verdugos o víctimas; cuando manipulamos a los demás inventando realidades totalmente distorsionadas, imaginando cosas que no son y que jamás han existido; cuando generamos pensamientos irresponsables para justificar la pereza mental, pensamientos llenos de intolerancia y prepotencia que nos llevan a hacer cosas que jamás hubiéramos querido hacer.

Ten siempre presente, que la única persona a la que puedes cambiar es a ti misma, y lo único que puedes hacer, es elegir disfrutar plenamente con consciencia de cada instante que Dios y la vida te dan. No cargues un equipaje que no puedes siquiera levantar, porque esos viajes del pasado al futuro te desgastan física, mental y espiritualmente.

Por eso, recuerda siempre que ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño, como tus propios pensamientos.

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Redacción Minuto30

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