Acusaciones cruzadas por la represa - foto afp

Tanto Ucrania como Rusia se acusan uno al otro de provocar un bombardeo en una parte crítica de Jersón, que ahora provoca la evacuación de miles de personas tras el desastre provocado por la destrucción de una represa hidroeléctrica.

Esta situación está provocando gran tensión en esta zona inundada cercana al río Dniéper, pues no solo afectó a ambos bandos a nivel táctico sino que también puso en peligro la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa.

Las consecuencias de la destrucción parcial de la represa de Kajovk del pasado martes mantiene afectadas a más de 40 mil personas que debieron ser evacuadas de manera masiva tras la subida de las aguas del río Dniéper, en una zona del sur de Ucrania bajo ocupación rusa.

En medio del operativo de rescate, Kiev acusó a las tropas rusas de atacar la zona este jueves y provocar nueve heridos, mientras que Moscú alegó lo contrario respecto a los bombardeos que también afectaron a poblaciones rusas radicadas en ese lugar y que, según su postura, estarían recibiendo menos asistencia por parte de organismos internacionales en comparación a los ucranianos.

Ucrania y Rusia se echan la culpa recíprocamente de la destrucción de la represa, que hace temer una catástrofe humanitaria y ecológica. Kiev acusa a Moscú de querer frenar la ofensiva ucraniana hacia el sur, y para el presidente ruso, Vladimir Putin, fue una «salvajada» cometida por los ucranianos.

Según la administración de la región, fueron evacuadas 2.198 personas. Muchas otras huyeron por sus propios medios. El servicio estatal de emergencias ucraniano indicó que «20 asentamientos y 2.629 casas» quedaron inundados.

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