Trump impone severas restricciones migratorias a ciudadanos de 19 países

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó una política migratoria que prohíbe o restringe el ingreso de ciudadanos de 19 países, entre ellos Cuba y Venezuela. Esta medida, anunciada mediante una proclamación oficial, busca reforzar el control fronterizo y limitar la entrada de personas consideradas riesgosas para la seguridad nacional o que no cumplen con ciertos estándares de cooperación migratoria.

De los 19 países afectados, 12 enfrentan una prohibición total de entrada a Estados Unidos. Entre estos se encuentran Afganistán, Irán, Libia, Somalia y Yemen, naciones que en su mayoría atraviesan conflictos armados, crisis humanitarias o tensiones diplomáticas con el gobierno estadounidense. La restricción es absoluta para los ciudadanos de estos países, salvo en contadas excepciones humanitarias o legales.

Por otro lado, la proclamación también impone restricciones parciales a ciudadanos de siete países, incluidos Cuba, Venezuela, y Laos. Estas restricciones permiten ciertas entradas bajo condiciones específicas, aunque limitan significativamente la emisión de nuevas visas. En el caso de Cuba y Venezuela, la medida ha generado críticas por parte de organizaciones humanitarias que ven en la política un castigo político más que una medida de seguridad.

Pese al carácter estricto de la proclamación, se contemplan algunas excepciones. Se permitirá el ingreso a residentes permanentes legales, titulares de visas válidas, atletas que participen en eventos internacionales como los Juegos Olímpicos, y personas de minorías perseguidas en países como Irán. También se considera la posibilidad de otorgar exenciones individuales si se demuestra que la entrada del solicitante responde a un interés nacional.

Finalmente, la proclamación otorga al Secretario de Estado la facultad de evaluar solicitudes caso por caso. Esto significa que, aunque la norma general sea restrictiva, podrían aprobarse excepciones para personas cuya presencia beneficie a Estados Unidos en áreas como la seguridad, la diplomacia o la investigación científica. La medida, sin embargo, ha sido duramente cuestionada tanto dentro como fuera del país por su enfoque selectivo y sus implicaciones éticas.