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Luego de largas horas de espera, de soportar la intensa lluvia, las incomodidades del pavimento o la grama mojada, una gran cantidad de asistentes a la Misa Campal, no esperaron a que esta comenzara, tras el recorrido del Papamóvil por la pista del Olaya, recogieron sus sillas, sus pertenencias y se fueron.
Aseguraron que, su ubicación no fue la mejor y las pantallas no ayudaron mucho, para presenciar como hubieran querido la visita de Francisco, por lo que optaron por irse a su casa y ver la ceremonia por televisión.
Datos revelados por la alcaldía local, asegura que fueron un millón 296.000 asistentes.