Foto: Internet

Un hombre de 59 años de edad, que durante 30 años trabajó para una empresa de confecciones, llegó, como todos los días, a su última jornada laboral, ese día se pensionaba.

Lo que el empleado nunca se imaginó es que no solo sería el último día de trabajo sino también de su vida.

Aún no se logra determinar si fue la emoción o una triste coincidencia, pero mientras el hombre se disponía a brindar con los que iban a ser sus ex compañeros de trabajo, se desplomó y murió.

Los impactados trabajadores llamaron a los socorristas, pero cuando llegaron no había nada que hacer, al parecer un infarto fulminante le imposibilitó al hombre disfrutar de la pensión por la que había trabajado con disciplina durante toda su vida.

El hombre era un italiano conocido como Michel Barco, de 59 años de edad, empleado de la empresa de confecciones Belvest en la provincia de Padua, en Italia.

La empresa suspendió las operaciones en honor al empleado que no tenía esposa ni hijos.

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Alejandro Rincón

Librepensador. Amante de la fotografía, la escritura, la radio y el detrás de cámaras. Periodista por pasión hace 25 años, abogado de profesión. Amante del trabajo de campo, la reportería, la calle.

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