Sí, soy un orgulloso estudiante de universidad pública y aunque no desconozco la crisis financiera por la que atraviesa la educación superior, no apoyo el paro ni mucho menos la marcha que se hizo, ni las que se planean hacer.

Y no las apoyo sencillamente porque considero que detrás de estas manifestaciones hay un marcado tinte político de izquierda, que lo único que pretende es torpedear el nuevo gobierno de Iván Duque.

No dejo de pensar que le hacen paro a Duque en sus primeros 2 meses como presidente, pero a Juan Manuel Santos, que en 8 años sí hizo méritos, no se lo hicieron.

¿Acaso la crisis de la desfinanciación de las universidades públicas es nueva? Y para los que dicen que en 2011 sí le hicieron paro, la razón principal de este fue la autonomía universitaria que, según los promotores de aquel entonces, se afectaría con la reforma a la ley 30 que proponía el gobierno.

Y sí, aquella vez pidieron dinero, como muchas otras cosas, pero el motivo principal fue otro (les preocupaba, por ejemplo, que la fuerza pública pudiera entrar a las universidades), distinto al de esta ocasión que sí es propiamente por recursos.

En 2017, cuando el gobierno anterior presentó el presupuesto para 2018, se produjo un recorte significativo a la educación, que pasó de 35.43 a 35.39 billones de pesos, lo que representó una reducción del 0.1%. Hace un año, no vi ni a las 32 universidades públicas, ni a los sindicatos, ni a los líderes estudiantiles, unirse para hacerle paro a Santos.

¿El recorte al presupuesto de la educación no ameritaba hacer paro y manifestarse? ¿Acaso la crisis financiera de las universidades públicas se agudizó en el transcurso de tan solo un año?

Para el presupuesto de 2019, el gobierno Duque inicialmente planteó que la educación pasara de 35.39 a 38.78 billones de pesos, que representaba un aumento de 9,5% con respecto a 2018, y a raíz de la marcha, propone un presupuesto de 41.7 billones, lo que finalmente representa un aumento de 11,5%.

A pesar de esto, decidieron hacerle paro al nuevo gobierno, porque curiosamente fue justo ahora que se dieron cuenta que la crisis financiera existe y que pone en peligro el futuro de la educación superior pública.

Una de las mentiras que he escuchado en este paro es que el presupuesto de la educación se destina a la “guerra”. En 2017, cuando se presentó el presupuesto 2018, el presidente de la “paz” aumentó el dinero destinado a la Defensa y Policía, ese que los líderes de izquierda denominan “guerra”, un 8.1%, pasando de 29.95 a 32.40 billones de pesos. ¿No se suponía que después de la firma de los acuerdos de La Habana, Colombia era un país en paz? ¿Por qué entonces no vi a los líderes del paro marchando y rasgándose las vestiduras?

Sí, es cierto que hay una deuda grandísima con la educación superior, y sí, también es cierto que el dinero presupuestado no llega completo a las universidades, pero si vamos a hablar de la crisis financiera, también las instituciones de educación superior deben autoevaluar cómo están manejando los recursos.

Por un lado, para nadie es un secreto que dentro de las universidades públicas hay corrupción, y por otro, la politización de los innumerables sindicatos detiene el progreso, pues se vuelven un peso muerto con el que las entidades deben cargar. Si señores, este es un problema en el que todos tenemos que ver, no solo el gobierno, como lo quiere hacer ver la izquierda.

A quienes promueven el paro, el apoyo les llega hasta que se meten con sus bolsillos. La Senadora Paloma Valencia lanzó una propuesta de que los egresados de las universidades públicas ayudaran, de su sueldo y por un periodo de tiempo, a financiar la educación superior, como forma de retribuir a la sociedad el privilegio de haber estudiado en universidades de altísima calidad a costos asequibles.

No se tomaron la molestia tan siquiera de analizar la propuesta, sino que la matonearon diciendo que para eso se pagan los impuestos. Esto demostró que el dichoso apoyo al paro se queda en marchas y en redes sociales. ¡Valiente apoyo!

Yo no me voy a prestar para apoyar un paro, que se disfraza de indignación por la desfinanciación de la educación superior, pero que en realidad tiene como principal motivación el torpedear el inicio del gobierno de Iván Duque, y todo porque a sus promotores aún les duele que Gustavo Petro haya perdido la presidencia. Si no me creen, los invito a ver el trino de Petro agradeciendo a los manifestantes su apoyo, como si hubieran marchado por él. No señores, ¡conmigo no cuentan!

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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