La sombra del narcotráfico volvió a rondar esta semana al fútbol de Colombia, aquejado por una crisis económica, con episodios que salpican a la Federación y al líder de la Liga local y en medio de la desbandada de patrocinadores y anuncios del gobierno de que saneará el deporte.

«Colombia lleva demasiados años con este problema en los clubes y en la Federación y es hora de cortarlos de raìz», dijo a la AFP el ministro del Interior y Justicia, Germán Vargas, sobre recientes denuncias de nexos entre un ex funcionario de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y narcotraficantes.

Según la Fiscalía, Manuel Bernal, contador público al servicio de la FCF -que murió baleado el 8 de julio pasado en Bogotá- fue también operador financiero del jefe paramilitar Salvatore Mancuso, extraditado a Estados Unidos por narcotráfico y del extinto capo hondureño Ramón Matta.

Mientras el presidente de la FCF, Luis Bedoya, dice desconocer los vínculos de Bernal con los capos, y se declara «abierto a cualquier investigación» otro escándalo estalló por la infiltración de narcodólares en Santa Fe de Bogotá, puntero del campeonato, que desató la desbandada de empresas que lo patrocinan.

Por las denuncias sobre supuesto lavado de activos, la cervecera colombiana Bavaria, propiedad de la multinacional sudafricana SabMiller cesó el jueves su patrocinio al Santa Fe, mientras directivos de la multinacional Caterpilar prohibieron a su filial en Colombia seguir patrocinando a ese club.

«No queremos que nuestra marca se vea afectada (con el caso judicial) y acordamos con Santa Fe terminar el contrato anticipadamente», según Fernando Jaramillo, vicepresidente de asuntos corporativos de Bavaria tras revelar que el equipo capitalino no llevará más el logosímbolo de la empresa.

La compañía cervecera también patrocina a la Selección colombiana de mayores, hasta 2011, destacó Jaramillo, en diálogo con AFP.

Este sábado, el presidente de Santa Fe, César Pastrana, reveló que ante su intención de reemplazar el logo de Bavaria en la camiseta por el de la filial colombiana de Caterpilar, la casa matriz se lo prohibió.

Las empresas temen no sólo que su marca y reputación comercial se vean manchadas, sino ser incluidas en la llamada Lista Clinton, que castiga con severas sanciones a individuos y empresas que realicen transacciones comerciales con quienes la integran.

Sin embargo, consultado sobre el particular, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Peter McKinley, descartó -en diálogo con periodistas- que la justicia de su país procese en la actualidad a este equipo colombiano.

En la actualidad integran dicho listado los cuadros colombianos América de Cali y Tulua mientras Millonarios de Bogotá, Unión Magdalena de Santa Marta (norte, Caribe) han sido expropiados por el gobierno colombiano debido al ingreso de narco-dólares a sus arcas.

Según la fiscal Ana Durán, tanto el organismo como la Policía Judicial, investigan el grado de penetración del narcotráfico en el fútbol profesional colombiano. «Ya no nos preguntamos si el fútbol colombiano está contaminado o no con estos narco-dineros, lo que es obvio, sino en qué grado», concluyó.

El nuevo escándalo estalló tres semanas después de que las autoridades colombianas y de la FIFA presentaran en Bogotá el Mundial Sub-20, que se realizará entre julio y agosto de 2011 y que utilizaría, por primera vez en la historia, asistencia tecnológica para los árbitros en la línea de gol.

El certamen, en el que participarán 24 selecciones nacionales del mundo, es el evento deportivo más importante que se le ha confiado a Colombia en toda su historia, después de que renunciara, por razones económicas, a acoger el Mundial de mayores en 1986, que finalmente organizó México.

BOGOTÁ, 16 octubre 2010 (AFP)

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Redacción Minuto30

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