Los cuadernos de la corrupción que aparecieron en mi país en la bitácora de Oscar Centeno, quién trabajaba como chofer de Roberto Baratita, número dos del Ex Ministro de Planificación Federal Julio De Vido, demuestran que en la Argentina nos sobraron coimas y bolsos de dinero repletos de dinero de la corrupción y nos faltó república en la Argentina.

En mi país, tenemos democracia pero no hemos tenido república, no hemos tenido justicia y han fallado los organismos de control. Hoy se nota y se ve esa carencia.

Estos cuadernos de las coimas, explican lo que nos pasó y lo que nos pasa.

Lo denuncié tempranamente a todo este sistema de recolección de dinero diario y nunca encontré ninguna posibilidad de que la justicia investigue.

Recuerdan Uds. en Colombia que presente allí en 2016, en Bogotá y Medellín mi libro: “La Década Enterrada, Cristina sus valijas y el plan mesiánico para volver (Editorial Planeta) donde daba cuenta en forma anticipada de mis denuncias judiciales contra la Ex Presidente Cristina Kirchner por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, contrabando y narcotráfico, donde explicaba que la corrupción en mi país no sólo se dio fronteras adentro de manera desopilante, sino que también tuvo nexos, vínculos y conexiones internacionales, con las Farc y el Gobierno Chavista de Venezuela, y eso explica de modo dramático la instalación narco en la Argentina, que es la peor herencia del Kirchnerismo. Nos falta comenzar a investigar los cuadernos de los ilícitos a través de los negociados con Venezuela y los cuadernos de los negociados con las FARC y el narcotráfico.

El eje FARC, Caracas, Kirchnerismo.

Está claro hoy que tenía razón cuando decía que los Kirchner organizaron el gobierno para delinquir. Es duro, pero es la verdad, hoy el país y hasta el mundo nos dan la razón.

En estos días hablé con periodistas de todo el mundo que recuerdan como desde hace años denunciaba todo esto, asumiendo el peso de la lucha en soledad. Y en el peor lugar, sin fueros, sin cargos, sin protección, y sin dinero para repeler un poder asaz delictivo.

Por eso me han llamado estos días luctuosos pero a la vez sanadores para mi país, desde Chile, Uruguay, Brasil, Ecuador, Venezuela, España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos e Italia.

Uno mantuvo y sostuvo la llama de la verdad, para que esa verdad no sea velada.

Pero esto no es importante ni yo lo soy, lo importante es la oportunidad que tiene la democracia y la política para fortalecerse, y eso sucederá si somos capaces de alumbrar un país donde la división de poderes, el estado de derecho y el normal funcionamiento de las instituciones sea una realidad tangible. Eso lo lograremos si dejamos atrás la impunidad, de eso se trata en lo profundo este latrocinio que vivimos.

Ni Gabriel García Márquez, ni su Macondo, ni su genial realismo mágico, hubiesen imaginado tanto.

Por eso que insisto que esto es una oportunidad enorme que tenemos para revitalizar la política, sanearla y recuperar la buena política. Y eso lo debe hacer la política. Todo esto es una oportunidad para fortalecer la democracia.

Los políticos y también los ciudadanos debemos sanear la política y cuidarnos de los malos políticos, así como los economistas deben cuidarse de los malos economistas, la iglesia debe cuidarse de sus fanáticos y los pueblos de sus nocivos líderes o héroes.

Los cuadernos son un rastro y un signo decadente de lo que nos viene pasando en materia de corrupción. Somos lo que nos pasó. Estamos sucios y con el agua lejos. Los cuadernos del chofer Centeno son parte del flujo ilegal de dinero diario recaudado de la obra pública, energía, transporte, los negociados con Venezuela y hasta el narcotráfico.
Ningún empresario se arrepiente de un delito que no cometió o de un accionar que cree no tendrá condena. Es importante que hablen y conozcamos toda la verdad.

Por años hay una rendición de cuentas pendiente de la fenomenal corrupción que denunciamos por años. La mirada de la sociedad, tardíamente atenta y preocupada por el castigo a la corrupción hace que ojalá podemos investigar todo y recuperar lo robado.

Debemos generar mecanismos institucionales, judiciales, sociales y culturales para no repetir nunca más esto. Pero debemos elevar nuestro espíritu crítico y dejar de lado el frio egoísmo que caracteriza penosamente a nuestra sociedad. Cambiar nuestra manera de pensar.

Si uno tiene trabajo, progresa, pero están saqueando a su país, uno no tiene derecho a decir que le va bien y está conforme con su forma de vida. Y mucho menos tomar una actitud de recompensar a la corrupción.

En estos años cuando salimos a cenar, íbamos al supermercado, pagábamos ganancias, comprábamos un medicamente o un regalo, metíamos sin querer, o sin saber, tal vez algunos, dinero en los bolsos y ese mecanismo. A veces creo no se toma conciencia de donde salía ese dinero. No llovía. Venía de los impuestos, el IVA, los préstamos del país y la inflación. Si no te gusta roben ladrones en tu casa, porque ser indiferentes con los dineros públicos, o no es nuestro dinero también?

Esa es la diferencia entre ser un individuo o un ciudadano. Al ciudadano no le importa sólo su vida y sus cosas y su mundo. Todos debemos preocuparnos por nuestras cosas, pero mirar a la vez, que pasa fuera de nuestro ombligo. No se vive sólo del pan y uno debe aspirar a tener una vida mayor.

Estamos en crisis como sociedad. Arrastramos una pesada decadencia.

Una sociedad está en crisis no cuando no tiene cosas materiales, sino cuando se ha olvidado de vivir a la altura de sus posibilidades.

Debernos cambiar. El acto de locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Y eso venimos haciendo como sociedad.

@AlvarodLamadrid

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Redacción Minuto30

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