La consulta anticorrupción será la oportunidad de hacer valer nuestro poder como ciudadanía, independientemente que Usted vote por el sí o el no. Cada pregunta debe tener más de 12.500.000 votos para alcanzar el umbral y de esa cifra la mitad más uno para ser aprobada.

Hace poco me subí en un taxi y el señor conductor me dio catedra sobre la consulta, que era increíble que la gente quisiera votar para que bajaran un sueldo, que les iban a quitar cinco millones de pesos a una persona a la cual no le importaba ese dinero porque era muy poquito comparado con lo que se robaba en contratos. En un trayecto de quince minutos me hablo de la corrupción y me dijo que no iba a votar por que eso era acudir a las urnas como borregos, yo le explique sobre las siete preguntas y que si no estaba de acuerdo que saliera a votar porque eso constituía su derecho. Al cerrar la puerta me dijo: “ahí le dejo para que piense”, yo metí la cabeza por la ventana y le dije salga el domingo, usted tiene el poder.

Eso le pasa a muchos, se dejan llevar por lo que les dicen los medios o la gente polarizada, que es apoyo a lesbianas, que es apoyar a una nueva candidatura para la alcaldía de Bogotá, que es apoyar corruptos. Lo cierto del asunto es que una consulta popular a nivel nacional no había existido en toda la historia de Colombia. Es decir, una iniciativa de unas personas que fue validada por firmas de la ciudadanía y los órganos legislativos para que efectivamente el estado se pusiera en marcha escuchando al pueblo sobre un tema específico: la corrupción.

Es decir, el poder que podemos utilizar el domingo 26 de agosto es dejar el precedente que nuestra voz se escucha por medio del voto. Que si queremos con los instrumentos de participación podemos ejercer veeduría a todos los entes, sin que seamos corchos a la deriva en el mar de la política. Gane el sí o el no, es decirle a los políticos que nos movilizamos, que ya no somos esas personas ofendidas de sofá o que solo alegamos en redes sociales. Que si los políticos no cumplen lo que nos prometieron en las campañas o no nos gustan las decisiones que toman en el ejercicio de los cargos simplemente aprovechamos legalmente los instrumentos para sacarlos, para limitar sus ejercicios políticos o para que no se perpetúen en el poder, por que como muy bien lo decía Jaime Garzón ellos son nuestros empleados y si lo están haciendo mal simplemente los echamos a la calle. Esta es nuestra empresa y los jefes somos nosotros.

Si gana el sí, no vayan a pensar que mañana todo será perfecto, después de ello se generará todo un movimiento en la maquinaria del gobierno para que eso que les ordenamos lo cumplan.

Pilas! A dejar el mayor precedente de la historia salgan a votar. Yo siempre confió en su criterio e inteligencia.

Abogada, voluntaria y feminista
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Redacción Minuto30

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